¿EN CASA O EN LA PERRERA?
Básicamente existen tres sistemas a la hora de alojar a un perro: en casa junto a nosotros, en una perrera (junto a otros perros de caza) o algo intermedio (parte del tiempo en la perrera y parte en casa). Pues bien, en los muchos años que llevo trabajando con perros, los he alojado de las tres formas, llegando a determinadas conclusiones que me gustaría exponer a continuación.
Pero para empezar de manera correcta, debo insistir en que el lugar donde se aloje un perro debe ser cómodo para el animal. Esto es especialmente importante en el caso de las perreras. Al cabo del año visito muchas perreras, y la mayoría de ellas están mal diseñadas y mal construidas, tanto desde el punto de vista del alojamiento como del de la etología (la conducta) de los perros.
Una perrera debe ser cómoda y agradable para un perro, debe protegerle del frío y la humedad, así como del sol y el calor, y estar diseñada para evitar que pulgas y garrapatas cierren sus ciclos reproductivos.También debe contemplar aspectos de la conducta del perro y su relación con sus congéneres. Si la perrera no cumple estos requisitos mínimos, el perro no estará a gusto y le supondrá un estrés vivir allí, un menor rendimiento en el trabajo, una mayor sensibilidad a las enfermedades y un mayor consumo de pienso.
También he comentado en numerosas ocasiones que construir una perrera bien hecha no es más cara que una mal hecha, simplemente hay que tener los conocimientos de cómo hacerlo bien, empezando por una cosa sencilla pero muy importante: la orientación de la propia perrera. En este sentido, el asesoramiento de un experto, como es el veterinario, puede ser extremadamente útil.
Si la perrera no cumple los requisitos mínimos, el perro no estará a gusto y le supondrá un estrés vivir allí, un menor rendimiento en el trabajo, una mayor sensibilidad a las enfermedades y un mayor consumo de pienso.
La prueba de fuego es bien sencilla: observar si los perros entran voluntariamente en la perrera para dormir. Mis perreras están diseñadas con un gran espacio, donde los perros pasan mucho tiempo sueltos (otro punto muy importante son las zonas de esparcimiento o parques). Cuando llevan un tiempo sueltos, voluntariamente se meten en la perrera, ya que para ellos es el sitio donde se encuentran más a gusto. Estas perreras, que los perros aceptan voluntariamente, están bien diseñadas y construidas.
Por lo tanto, si la perrera no es cómoda, no podremos compararla con una vivienda. Pero si está bien hecha, hay muchos adiestradores que piensan que los perros las prefieren a otro tipo de alojamientos. Piensan que hay perros que necesitan “desconectar” de su dueño y sus exigencias… y la perrera se convierte en un espacio de intimidad y tranquilidad.
HOGAR, DULCE HOGAR…
Cuando un perro convive con los humanos dentro de una vivienda, bien sea un piso o una casa en el campo, el tema de la comodidad no suele ser un problema. Las casas son cálidas en invierno (a veces demasiado cálidas para los perros), frescas en verano y con más que suficientes comodidades para un perro.
Los problemas de los perros que viven con sus dueños suelen tener otros orígenes. La mayoría de los perros de casa no comparten su hogar con otros animales y, cuando los dueños tienen que ir a trabajar, pueden pasar mucho tiempo solos. Tenemos que recordar que el perro es un animal social y no solo le gustar estar con otros ejemplares de su especie y con las personas, sino que simplemente lo necesita. Estoy seguro de que cualquier perro prefiere convivir con otros perros y llenar la necesidad que siente de pertenecer a una manada que disfrutar de los “lujos” que los humanos tenemos en nuestras casas y que a nosotros nos parecen tan importantes.
VENTAJAS E INCONVENIENTES
Por lo tanto, teniendo en cuenta que el perro de caza es una animal de trabajo y que su rendimiento en el campo es importante, ¿es mejor tenerlo en casa o en la perrera?
De toda la vida, los perros de caza han sido alojados en perreras, principalmente porque se tenía un buen número de ellos y alojarlos en casa era imposible. Si la perrera es buena, los perros viven perfectamente. Es importante que dispongan de zonas donde pasen tiempo en libertad, relacionándose con otros perros. Personalmente, creo que los que están al aire libre, teniendo buenas instalaciones, están más sanos y fuertes que los que viven en las casas con calefacción y aire acondicionado. Sus ciclos biológicos (las mudas de pelo o épocas de celo, por ejemplo) están mejor reguladas, su condición física suele ser mejor y su olfato (siempre que la perrera esté limpia) más afinado.
En cambio, los perros que conviven estrechamente con su dueño, como ocurre con los que viven en casa, tienen un vínculo más estrecho con el propietario. El can llega a interpretar cualquier acto de su dueño tan solo con mirarle, lo que se refleja en el campo. La empatía es total, y una simple mirada es suficiente para que los dos se entiendan, cosa que es mucho más difícil con un perro que está muchas horas separado de su dueño.
Por lo tanto, como vemos, uno y otro sistema tienen sus ventajas e inconvenientes, y he visto grandes perros se que manejaban de una y otra forma. Tan solo hay que conocer los puntos débiles de una y otra para compensarlos.