La caza mayor que se practica en la actualidad no tiene nada que ver con la que se practicaba hace tan sólo unas décadas porque, básicamente, era diurna y se utilizaban visores poco avanzados comparados con los actuales. Sin embargo, hoy día se comercializan miras más precisas y potentes y, además, podemos disfrutar de emocionantes lances con poca luz e, incluso, localizar piezas ocultas o en la total oscuridad, gracias a los dispositivos de visión térmica y multiespectral.
No obstante, desde un punto de vista óptico sigue siendo muy importante elegir los visores teniendo en cuenta las características de la modalidad de caza que se va a practicar, ya que, al menos de momento, no se ha inventado ningún modelo que sirva para todo, como veremos a continuación.
En montería se deben utilizar visores con zoom que proporcionen campos de visión mucho más amplios que los que se usan en rececho.
Los mejores resultados se con siguen con los modelos del tipo 1-6x o más potentes, con objetivos de 20 a 24 mm que ofrezcan campos de visión de, como mínimo, 40 metros a los 100 m y posean retículas iluminadas (las del tipo 4A-i son las más adecuadas), porque, a la dificultad que supone acertar a un blanco que corre, salta y cambia de dirección de forma impredecible, se suma que normalmente los monteros desconocen si el lance puede producirse lejos, cerca o muy cerca. Y, en este último caso, si el campo de visión es mucho más cerrado no es posible localizar rápidamente la pieza al encarar ni tampoco seguir su carrera sin riesgo de que se «salga» del campo de visión y la perdamos. Además, si éste es muy reducido no podremos ver si en las inmediaciones de la pieza a la que se va a disparar hay perros o personas.
No obstante, si estamos seguros de que vamos a tirar cerca, otra opción muy efectiva es utilizar un visor de punto rojo sin aumentos (1x), porque este tipo de visores, además de proporcionar un gran campo de visión, carecen de paralaje, se pueden montar en el arma en cualquier posición y permiten apuntar con los dos ojos abiertos. Por tanto, con un «punto rojo» el tirador puede encarar y disparar mucho más rápido que con un visor con zoom con la certeza de que, aunque le quede el rifle bajo o ladeado, si logra poner el punto sobre la pieza (y calcula bien el adelanto, si es necesario) hace blanco seguro, razones por lo que cada día son más populares.
De hecho, prácticamente los fabrican todas las marcas de óptica en dos versiones: con armazón cerrado o abierto (con pantalla), aunque ambos tipos son igual de efectivos.
Ejemplos de visores con zoom de alta gama que ofrecen los campos de visión más grandes son los Swarovski Z8i+ 1-8×24 y Z8i+ 0,75-6×20, pues tienen campos de 50 m y de ¡64,6 m! a 100 metros en 1x y 0,75x, respectivamente. Los distribuye Esteller.
Aguirre y Cía. distribuye visores Kite Optics de gama media con aumentos 1-6×24 (series B6 y K6), ambos excelentes.
De Borchers, S.A., que distribuye numerosos modelos y marcas de visores, destacan por su excelente relación precio- calidad los Bushnell Nitro i+1-6x 24 y los Leupold VX-6HD 1-6×24, éste último de alta gama.
Y Arcea cuenta con numerosos visores marca Adler muy económicos, pero con prestaciones suficientes, de los tipos 1-6x, 1-8x y 1-10x (así como 1-4x).
Como ejemplos de excelentes miras de punto rojo podríamos citar todas las Aimpoint de caza que distribuye Ardesa, en especial las Acro C-2; las Kite Optics K1 y BT-1 que distribuye Aguirre y Cía.; y varios modelos de las marcas Noblex, Eotech, Bushnell, Leupold y Tasco que comercializa Borchers, S. A.
Cabe añadir que, como la montería se desarrolla de día y no se dispara muy lejos, muchos monteros consideran que no es necesario utilizar visores caros. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los de gama media y no digamos alta son miras más resistentes a las vibraciones y a los golpes que, normalmente, son impermeables o, incluso, poseen las lentes exteriores tratadas contra la humedad y suciedad, mandos de ajuste más precisos y unidades de iluminación capaces de funcionar durante muchas horas que iluminan la retícula de forma más precisa.
A diferencia de la montería, en la que se caza de día y no es necesario utilizar visores que posean objetivos más grandes de 20-24 mm, las esperas se realizan de noche, por lo que, incluso utilizando luz artificial, los mejores resultados se obtienen con miras de gama media y alta con retículas iluminadas (la tipo 4A-i sigue siendo una excelente opción) y objetivos de 50 mm o, mejor aún, de 56 mm.
Las de gama alta son las más caras, por supuesto, pero también ofrecen las mayores prestaciones: son impermeables, resistentes, posen lentes exteriores que repelen la suciedad y el agua, baterías de larga duración, unidades de iluminación que se desconectan automáticamente si el rifle no está en posición de tiro, distancias de seguridad al ojo de 90 o más milímetros, etc. Además, sus lentes proporcionan la mayor transmisión de la luz, por lo que son los visores con los que mejor se ve de noche a poco que haya algo de luz, ya que transmiten a nuestro ojo prácticamente toda la que hay en el ambiente, por lo que es probable que no necesitemos conectar el foco para poder apuntar. Sin embargo, si usamos un visor más económico no tendremos más remedio que conectar la luz artificial.
Otra característica de esta modalidad es que no se tira lejos, por lo que no es necesario utilizar visores muy potentes, ya que éstos proporcionan un campo de visión muy cerrado, incluso en su aumento mínimo. Por esta razón los mejores resultados se consiguen utilizando visores cuya potencia mínima no sea superior a 3x y no es necesario que tengan más de 14-15x de potencia máxima. Por ejemplo, además de las miras clásicas de alta calidad del tipo 2,5-10×50 y, sobre todo, la 3-12×56, proporcionan excelentes resultados los visores con relación zoom más potentes, del tipo 1,8-14×50; 2-12×50; 2-16×50; 2,5-15×56; 3-15×56, etc., siempre que estén fabricados por empresas importantes, como las que hemos mencionado en el apartado de visores para montería y, además, sean de gama media o alta.
A diferencia de lo que sucede con las modelos para montería y esperas, no es nada fácil recomendar visores que sean adecuados para cazar a rececho porque, dependiendo de la especie y de la zona que se caza, entre otras variables, los lances se pueden producir a distancias muy distintas y resolver con luz día o crepuscular.
En general, si la distancia de tiro no es mayor de 250 metros se puede utilizar cualquier visor luminoso de buena calidad similar a los recomendados en el apartado de monterías o, incluso, algo más potentes, caso de los 3-18×50. Además, si sólo vamos a utilizarlos para recechar, también podemos usar visores cuya potencia mínima sea superior a 3x, aunque no más de 5x, porque no necesitaremos que el campo sea tan grande como el que se necesita en una espera. Por ejemplo, del tipo 4,5x-14×50, etcétera.
Además, hasta 250 metros no es necesario que los mandos del visor corrijan menos de 1 cm a 100 metros ni tampoco que posea mando para controlar el error de paralaje ni torreta balística o retículas especiales diseñadas para compensar la caída de la bala, porque poniéndolo a tiro para que el rifle haga blanco a 200 metros es suficiente si se usa un cartucho cuyo proyectil describa trayectorias tensas. De todos modos, utilizar una torreta balística o una retícula especial (tipo BDC, 4Ai-300 o BRX-i, por citar tres ejemplos) tampoco está de más.
Sin embargo, si pretendemos disparar a mayores distancias, pero no superiores a los 400 metros, como mínimo el visor tiene que ser del tipo 3-18×50 y ya sí que es importante que posea control de paralaje, así como torreta balística. Además, si cazamos piezas pequeñas, como el corzo o el rebeco, también es muy deseable que sus mandos de ajuste corrijan ¼ MOA (0,7 cm a 100 metros).
A mayores distancias se deben de utilizar miras de alta gama con control de paralaje y torreta balística con objetivos de 50 – 56 mm que corrijan ¼ MOA que sean más potentes aún, por ejemplo, del tipo 6-24×56, 5-30×50, etc. No obstante, para cazar a más de 500 metros lo mejor es usar un visor «inteligente» que indique al cazador como tiene que apuntar teniendo en cuenta todas las variables que influyen en la trayectoria del proyectil. El más preciso que conoce este autor es el Swarovski dS 5-25×52 Gen II, pues indica en tiempo real el punto de impacto correcto, teniendo en cuenta la distancia, la presión del aire, la temperatura, el ángulo y los datos balísticos del cartucho utilizado.
Entre otras marcas, Esteller y Borchers comercializan magníficas miras para caza a grandes distancias de las marcas Swarovski, Leupold y Khales.
En este apartado sólo vamos a recomendar los modelos de monoculares y binoculares térmicos y multiespectrales más avanzados que podemos utilizar para detectar la caza durante una espera o un rececho con poca luz utilizando un visor convencional.
Es decir, no trataremos los visores térmicos o multiespectrales ni los dispositivos clip-on porque su uso no está autorizado en todas las comunidades autónomas y Trofeo es una revista de difusión nacional.
Y tampoco trataremos los dispositivos de visión nocturna porque, a juicio de este autor, como sólo se pueden utilizar en la oscuridad, están siendo desplazados (desde hace años) por los de visión térmica y, sobre todo, por los nuevos multiespectrales.
Utilizar un dispositivo térmico como ayuda para localizar la caza es cada vez más frecuente entre los cazadores que practican las esperas o el rececho con poca luz porque, a diferencia de los de visión nocturna, presentan la gran ventaja de que se pueden usar a cualquier hora del día, ya que no intensifican la escasa luz que hay durante la noche, sino que detectan la radiación que emiten los cuerpos en función de su temperatura y la convierten en una imagen térmica que el observador percibe a través del ocular. Es decir, no necesitan que haya luz y, como consecuencia, se pueden utilizar en espacios cerrados o abiertos a cualquier hora del día o de la noche para localizar piezas de caza o rastrear animales heridos, que son capaces de detectar, incluso, si están ocultos en el matorral.
Los primeros modelos que se comercializaron eran grandes y pesados y, por tanto, incómodos de portar, poco ergonómicos y sensibles, y reproducían imágenes de baja calidad comparados con los actuales que fabrican las empresas con más experiencia en el desarrollo de este tipo de dispositivos, caso de TermTec, Pulsar o InfiRay, por citar sólo tres ejemplos.
Así, TermTec (marca distribuida por Visiotech) fabrica monoculares provistos de un joystick que permite controlar totalmente el dispositivo con una sola mano para que el cazador pueda sostener cómodamente con la otra el rifle, entre los que destacan los monoculares Wild 650 y Wild 650D (que es una nueva versión del Wild) por su alta sensibilidad (NETD < 18 mk), porque están equipados con una función (operada por inteligencia artificial) que ofrece imágenes de alta calidad y por sus rangos de detección hasta los 2.600 metros.
Pulsar, posiblemente la empresa con más experiencia en el desarrollo de este tipo de dispositivos, produce numerosos modelos de monoculares (y binoculares) entre los que destaca por su alta calidad de imagen (incluso en condiciones meteorológicas adversas) y sensibilidad NETD inferior a 18 mk, entre otras características, los modelos Telos XP50 y XP50 LRF (que es un XP50 con telémetro). Además, y como novedad, ha comercializado recientemente el monocular de altas prestaciones más compacto del mercado, pues mide 144x41x69 mm y sólo pesa 310 gramos: el Pulsar Axion XQ PRO, equipado con sensor térmico de alta sensibilidad (NETD < 25 mK) y bajo nivel de ruido.
Igualmente, InfiRay, marca distribuida por Esteller, también ofrece numerosos monoculares adecuados para cazar, por lo que no resulta fácil recomendar un modelo concreto. Sin embargo, por citar alguno, vamos a nombrar al Eye III, pues es una versión mejorada del Eye II que es ergonómica y está equipada con un sensor de alta sensibilidad (menor de 25 mK).
A los dispositivos térmicos y nocturnos se han sumado recientemente nuevos modelos diseñados con tecnología multiespectral, que presentan la gran ventaja sobre las anteriores de que combinan la luz diurna con la térmica y la nocturna, por lo que permiten que el observador vea de día y de noche los objetos a todo color, incluso con mal tiempo. Y, no sólo verlos, también detectar las fuentes de calor que se encuentren en el campo visual y seguirlas.
Debido a que es una tecnología nueva, aún no se comercializan muchos dispositivos multiespectrales, pero ya se distribuyen algunos modelos en España, tanto en formato de visor como de binocular. Es el caso, por ejemplo, del binocular del InfiRay Gemini GEH50R, al que recientemente le dedicamos un banco de pruebas y lo recomiendo como ayuda inestimable en esperas y rececho, porque no sólo permite ver de día y de noche a todo color y detectar animales a grandes distancias, sino que es muy completo (posee telémetro, cámara, etc.), es fácil de utilizar y tan ergonómico como un binocular convencional.
Las ventajas que aporta la nueva tecnología son tan importantes que, probablemente, con el tiempo será mucho más popular e, incluso, es posible que termine desplazando a la visión térmica, sobre todo a los visores (*) porque permite ponerlos a tiro como si se tratara de una mira óptica convencional, ya que se dispara sobre la imagen real de un blanco que se divisa a todo color, no sobre una imagen térmica.
(*) El primer visor multiespectral lo presentó Pulsar en IWA: el Thermion Duo DXP50.
A continuación, se relacionan las marcas de los productos recomendados en el artículo, las empresas que los distribuyen y sus páginas web.
Texto y fotos: Juan Francisco Paris.