Tras varios años en nuestro país, la marca ThermTec –especializada en visión térmica– se ha consolidado como una de las preferidas por los cazadores, en primer lugar, por la excelente calidad de sus productos, y en segundo lugar por el continuo avance y mejora de su catálogo, que lejos de quedarse estancado en éxitos pasados, evoluciona días tras día, mes tras mes y año tras año.
Prueba de ello es el Wild, el nuevo monocular de la marca, sucesor del conocido y reconocido Cyclops, con el que ThermTec se dio a conocer en nuestro país, y buque insignia de este fabricante durante años. Si ya con él fueron muchos los cazadores que se fidelizaron a esta marca, raro será que su evolución, el Wild, no corra la misma suerte, pues a las muchas excelencias de su predecesor, el Wild añade una serie de mejoras en aspectos tan relevantes para el cazador como la duración de la batería, la sensibilidad del sensor, la calidad de la imagen o la conectividad con su smartphone.
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El aparato recibido para esta prueba es el Wild-D, en concreto dos modelos, el Wild 350D y el Wild 650D, pero la gama Wild está compuesta por varios aparatos más, con diferentes características, para adaptarse tanto a las necesidades y gustos del cazador como a los diferentes entornos y escenarios de caza.
Los Wild no duales son los monoculares tradicionales, dotados de una sola lente, pudiendo ser ésta de 25 mm, 35 mm o 50 mm, tanto con sensores de 384×288 píxeles, como con sensores de 640×512 píxeles. Los modelos con lente de 35 y de 50 milímetros los podemos encontrar tanto con medidor de distancia láser (LRF) como sin él.
Los Wild-D son los modelos dotados de doble lente (Dual Lens); con ellos tendremos, a todos los efectos, un «dos en uno», ya que, mediante un giro de un cuarto de vuelta de la lente delantera, pasamos de utilizar una lente de 25 mm a otra de 50 mm, duplicando el índice de aumentos del aparato, exactamente igual que haríamos al duplicar los aumentos de la mira telescópica de aumentos variables de nuestro rifle.
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Pero hoy nos centraremos en los aparatos recibidos: el 350 y el 650 de Wild-D. El nombre de cada aparato deja entrever sus características: Wild es obviamente el modelo del aparato y la D (de Dual) hace referencia a la doble lente de la que están dotados. En el caso del 350 el número 3 indica que incorpora un sensor de alta resolución (de 384×288 píxeles) y el 50 indica que el tamaño de la lente delantera es de 50 milímetros. En el caso del 650 el 6 hace referencia a su sensor de muy alta resolución (640×512 píxeles) y el 50 a la lente de idéntico tamaño: 50 milímetros.
La diferencia entre un sensor y otro es evidente, basta con echarse uno y otro a la cara para ver el mismo escenario, pero, ojo, esto no quiere decir que uno sea «mejor» y otro «peor»; ambos tienen ventajas y, dependiendo de lo que necesitemos, quizás nos convenga más uno u otro. El sensor del Wild 350D (384×288 píxeles) ofrece una calidad de imagen enorme, más que suficiente para lo que está concebido, cazar, y cuenta con la ventaja de tener un precio más contenido que el de su hermano mayor; además, pese a lo que se suele pensar, ofrece un mayor nivel de aumentos que el sensor de mayor tamaño (a idéntico tamaño de lente). Por otro lado, el sensor del Wild 650D (640×512 píxeles) lo que proporciona es una imagen no ya buena, sino excelente, a costa –eso sí– de un mayor precio y de partir de un índice de aumentos inferior, lo que, por otro lado, implica un mayor campo de visión.
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Como decíamos al principio, el Wild es la evolución del exitoso Cyclops y lo cierto es que son varios los aspectos en los que el nuevo modelo ha mejorado las prestaciones del antiguo. En primer lugar, habría que destacar la sensibilidad NETD de sus sensores, que pasan de los 25 mK (milikelvin) de los Cyclops Pro a 18mK, lo que permite distinguir diferencias de temperatura muy muy muy pequeñas. A destacar también su nueva forma de alimentación, mediante las ya comunes baterías recargables de litio 18650, extraíbles en el Wild (no en el Cyclops), y que proporcionan hasta 20 horas de uso ininterrumpido merced a las dos unidades suministradas por el fabricante. Y si importante es la mejora producida por el cambio de sensor, no lo es menos su procesador de imagen ultrarrápido, dotado de un algoritmo de gestión de la imagen con capacidad de adaptación y autocorrección mediante aprendizaje profundo por AI (Inteligencia Artificial), que es el responsable de ofrecer al usuario imágenes con una claridad, una nitidez y un detalle nunca antes vistos.
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Tanto el Wild-D como el resto de recientes lanzamientos de la marca ThermTec (los demás monoculares de la gama Wild, los nuevos visores tradicionales Ares 2.0 y compactos Vidar 2.0, así como los acoplables al visor tipo clip-on Hunt se pueden conectar a nuestro teléfono móvil con la nueva aplicación de la marca, denomina Thermal Outdoor, que está disponible tanto en Apple Store como en Play Store, para dispositivos I-Phone y Android, respectivamente.
Una vez emparejado el dispositivo con nuestro smartphone podremos acceder desde el teléfono a infinidad de funciones, desde la actualización del firmware hasta la descarga de fotos y vídeos para su visionado o envío, pasando por los ajustes de pantalla, la reproducción en vivo «live view» y un largo etcétera. Los usuarios de redes sociales, a poco que tengan cobertura en su zona de caza, podrán de esta forma compartir sus experiencias y lances en las distintas redes prácticamente en tiempo real.
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Algo que caracterizaba al Cyclops de ThermTec era su llamativo joystick multifunción de color naranja, el cual, como no podía ser de otra manera, ha heredado el modelo Wild. Con él tenemos acceso cómodo, rápido y directo a infinidad de funciones, desde el cambio de paleta de color hasta el zoom digital, desde el refresco manual de imagen hasta el acceso al menú de ajustes; pero en este nuevo monocular, justo delante del joystick, podemos encontrar la rueda de enfoque de imagen, que antes se encontraba en la propia lente delantera. Este aparentemente pequeño detalle es el responsable de que podamos utilizar el monocular con una sola mano, sin necesidad de tener que dejar la vara, el rifle, los prismáticos o lo que tengamos en la otra mano para poder enfocar.
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Como probablemente el resto de monoculares térmico actuales, el Wild-D incorpora un menú –por cierto, en perfecto castellano, además de otros idiomas– con el que acceder a infinidad de funciones y ajustes, algunas tan interesantes como la programación para el autoapagado tras cierto tiempo sin uso, para evitar quedarnos sin batería, el estabilizador electrónico de imagen, de inestimable ayuda a la hora de hacer fotos y grabar vídeos (tiene una memoria interna de 64 gigas) o, atención a esto, la activación del protector del sensor contra las quemaduras del sol; tanto los aparatos de visón nocturna como los de visión térmica excluyen de la cobertura de la garantía (3 años en los aparatos ThermTec) los daños al sensor por la exposición voluntaria o involuntaria de éste al sol o a cualquier otra fuente de calor extremo.
Pero si algo llama la atención de los Wild-D que hemos podido probar es la funcionalidad de la doble lente; su utilidad es la misma que la que ofrecen los visores de aumentos variables. Si bien hace una década eran bastante habituales las miras telescópicas de aumentos fijos, a día de hoy la inmensa mayoría de ellas han sido sustituidas por miras de aumentos variables, merced a la innegable ventaja que ofrece para la detección e identificación de los animales, utilizando un índice de aumentos bajo –con un mayor campo de visión– para la localización, pasando a un nivel de aumentos más alto para la identificación y valoración del objeto localizado. ¡Se va a hacer duro volver a un monocular monolente, tras haber estado utilizando uno de doble lente durante unas cuantas noches…!
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ThermTec se comercializa en España a través de Visiotech, estando su centro de distribución, soporte y Servicio de Asistencia Técnica en Madrid.
Visiotech – Calle Alberto Sánchez, 31. 28052 Vicálvaro
Tel.: 911 836 285. Web: www.thermeyetec.com
E-mail: [email protected]
Texto y fotos: IA Sánchez.