El dinero que genera la caza en España y su importancia para las economías rurales siempre ha sido un argumento esencial para la defensa de nuestra actividad.
Personalmente lo he utilizado con frecuencia en muchas de mis intervenciones públicas. El problema estriba en que todos sabemos que la caza mueve mucho dinero, pero no es nada fácil calcularlo con rigor.
Recuerdo haber utilizado con mucha frecuencia un estudio llevado a cabo por una consultora de marketing en los años ochenta, llamada Metra Seis.
Creo recordar, ya que hablo de memoria, que en cifras redondas decía que la caza en España movía 75.000 millones de pesetas anuales.
El estudio era bastante completo para su época, de modo que creo que no es descabellado decir que no ha sido superado hasta hoy.
Algunas autonomías y federaciones, tanto autonómicas como nacional, han llevado a cabo análisis de este tipo, actualizando los datos y ofreciendo cifras más reales, y en euros, aunque pienso que la metodología ha sido menos rigurosa que la de Metra Seis.
Hay un estudio económico definitivo, que ha realizado la Fundación Artemisan.
Artemisan presenta el estudio Impacto Económico y Social de la Caza en España
La irrupción de esta entidad en la sociedad venatoria provocó dudas a más de uno, dado que han sido relativamente frecuentes los alumbramientos de distintas criaturas en el seno de la caza, que llegaron al mundo con el propósito de redimir la figura decadente del cazador y que han pasado a la historia con más pena que gloria.
Sin embargo Artemisan, en su breve trayectoria, está cumpliendo su objetivo de defender a la caza apoyándose en datos científicos y técnicos de una manera fiel.
Creo, personalmente, que es el camino más firme y serio para dar sentido al futuro de la caza.
En esta ocasión Artemisan ha requerido los servicios de Deloitte, que es probablemente la auditora y consultora número uno del mundo, por lo que no se pueden poner muchos peros a las conclusiones obtenidas.
Frente a los menos de 500 millones de euros que el estudio de Metra Seis decía que la caza movía en España a finales del siglo pasado, la cifra ahora asciende 5.470 millones de euros, que se traducen en 6.475 millones de euros del PIB de nuestro país, lo que suponen el 0,3 % del Producto Interior Bruto español.
Esta cifra es la misma prácticamente que todo el subsector del vino (un 93 % de dicho subsector) y un 53 % del sector de los aceites y las grasas.
El 0,3 % del PIB equivale al 13 % de la contribución al PIB español de todo el sector de la agricultura, ganadería y pesca.
La actividad cinegética mantiene 186.758 empleos en nuestro país, lo que equivale al 81 % del empleo que genera el sector de vehículos a motor y remolques, o el 47 % de los trabajadores del sector hotelero y alojamientos.
Pienso que el argumento principal para mantener la caza hoy día es que es sostenible y absolutamente compatible con la preservación de la biodiversidad.
La importancia económica es hasta cierto punto secundaria en este sentido, aunque los datos que nos ofrece la primera auditora del mundo son abrumadores.
Todo el mundo debe valorar que la caza es realmente esencial en un momento en que el mundo rural se desmorona y prácticamente toda la población humana y la actividad económica se trasladan a las ciudades.
El estudio aporta otros datos muy interesantes, al margen de lo puramente económico.
En España el 87 % de la superficie esta declarada como de algún tipo de aprovechamiento cinegético. Si descartamos las áreas urbanas, ríos, canales, vías de comunicación y zonas de seguridad, llegaremos a la conclusión de que toda España es una gigantesca reserva de caza que alberga a su vez nada menos que 32.813 ‘pequeños’ cotos.
Hace pocos días di una conferencia en Salamanca, en un foro de periodistas. Me preguntaron acerca de si temía por el futuro de la caza. Mi respuesta fue que el sentido común dice que la caza debe continuar.
Siendo sostenible y compatible con la conservación, y generando una riqueza única para el mundo rural, no parece haber muchas dudas, y de hecho la mayor parte de los especialistas en medio ambiente también piensan así.
Pero tampoco creíamos que iba a triunfar el brexit, ni ganar las elecciones de USA Donald Trump.
Soy optimista, pero en el mundo que vivimos todo puede ocurrir.
Juan Delibes