Los gatos suponen un grave problema para la fauna silvestre. Así se desprende del estudio realizado por Fundación Artemisan en Ciudad Real durante 2021, dentro del conjunto de proyectos de investigación y conservación que realiza periódicamente. En concreto, Artemisan destaca la abundante presencia de gatos en zonas con gran valor ecológico, como la Red Natura 2000, con el consiguiente riesgo de predación y contagio de enfermedades.
El estudio revela que los gatos domésticos en el medio natural son un problema con graves consecuencias, tanto por la gran cantidad de especies sobre las que depredan, como por su capacidad de transmitir enfermedades a humanos y a otros animales, llegando a suponer una amenaza para félidos silvestres tan emblemáticos en nuestro país como el gato montés y el lince ibérico.
A través de censos realizados mediante transectos y cámaras de foto-trampeo en siete lugares de estudio de entre 500 y 600 hectáreas, se determinó una densidad media de 1,5 gatos por cada 100 hectáreas, con algunos lugares superando los 4 gatos/100 hectáreas. En estas zonas se identificaron además 31 especies de presas potenciales entre aves y mamíferos, incluyendo aves protegidas y en peligro de extinción. Además, en dos lugares se confirmó la presencia de gato doméstico, gato montés y lince ibérico.
Artemisan confirma que los gatos están presentes y son abundantes en zonas de gran valor ecológico y, además, se han detectado casos graves de gatos que campan libremente en humedales y zonas esteparias en las que existen aves en peligro de extinción y sobre las que se están haciendo planes de recuperación, con el consiguiente esfuerzo económico y humano.
Durante el estudio se capturaron 15 gatos para realizar análisis de prevalencia de enfermedades, demostrando que el 78 % fue positivo a calcivirus felino, el 50 % a herpesvirus felino-1 y el 36 % a parvovirus felino, lo que señala que los gatos son portadores de enfermedades transmisibles a félidos silvestres. Dado que se demostró su coexistencia en zonas con gato montés y lince ibérico, los gatos domésticos suponen una amenaza para su conservación.
A través de análisis de ADN para determinación de dieta, se comprobó que al menos un gato había ingerido conejo de monte y perdiz roja por lo que, dado que la mayoría de lugares de estudio fueron cotos de caza, se demuestra también que los gatos suponen una amenaza para las especies de caza menor.
Además, se colocaron collares de seguimiento GPS a un total de 5 gatos para monitorizar sus movimientos durante verano y parte del otoño, resultando que, como media, recorrían al día cerca de 2 kilómetros (aunque en algunos días podían alcanzar los 5 kilómetros), con territorios muy variables de apenas un par de hectáreas para gatos en medios agrícolas a más de 150 para un gato capturado en un humedal.
Cabe destacar que, en la mayoría de lugares de estudio, la presencia de gatos en el medio natural se explica por una tenencia no responsable o por la existencia de colonias felinas, que son un grave riesgo para la fauna silvestre y que, a tenor de los resultados, deberían eliminarse.
Como lleva alertando Fundación Artemisan desde hace tiempo, esta situación contrasta gravemente con el anteproyecto de Ley de Derechos de los Animales que ha aprobado recientemente el Consejo de Ministros, que defiende una desmesurada protección de las colonias felinas contra la que ya se están manifestando científicos, expertos y asociaciones, incluidas las ecologistas.
En este sentido, desde Fundación Artemisan invita a las administraciones a reflexionar sobre la gestión que se está llevando a cabo, encaminada a cronificar y agravar un problema evidente sobre el que cada día alertan más voces y anima a implementar herramientas de control selectivo y efectivo en el medio natural y a la realización de campañas de concienciación para evitar el origen del problema, una tenencia irresponsable de la que el gato doméstico también es víctima.
El estudio, realizado a lo largo del año 2021, fue impulsado gracias a la financiación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader), dentro de las ayudas para el mantenimiento y mejora de la biodiversidad en acciones que repercutan en el estado de conservación de la Red Natura 2000.