La Real Federación Española de Caza (RFEC) ha presentado alegaciones al proyecto de reforma del Código Penal planteado por el Gobierno, que podría acabar con la actividad cinegética si se extiende la tipificación de maltrato animal a todas las especies silvestres.
Esta modificación, cuya consulta pública previa se desarrolló durante la pasada Navidad, pretende aumentar las penas por cualquier tipo de maltrato animal hasta los dos años y medio de prisión y, como ya se intentó, imponer como agravante el uso de armas, otros animales (perros, hurones, halcones…), o la presencia y participación de los menores en la caza.
Entre las alegaciones, la RFEC ha recordado al ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, así como a su Dirección General de Derechos de los Animales, impulsores de la citada reforma, que la regulación objeto de modificación afecta a la protección penal de los animales domésticos y de compañía, ya regulados en los artículos 337 y 337 bis de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal.
Por ello, la entidad federativa entiende que todos los animales silvestres o salvajes vertebrados deben quedar fuera de esta reforma, así como todas las especies que son objeto de la caza y de la pesca, al igual que deberían excluirse de esta tipificación la difusión y filmación de dichas actividades.
Esto no quiere decir que queden desprotegidos, sino que tienen su propio régimen de protección, tanto penal como administrativa, y que nada tiene que ver con la reforma que se plantea, ya que el delito de maltrato se encamina a proteger a los animales domésticos y de compañía que viven bajo el control humano, y dicha protección no afecta a las especies silvestres.
Esta reforma del Código Penal continúa dando respuesta a la hoja de ruta anticaza del Gobierno de España liderada por los Ministerios de Podemos, en la que se está atacando a la actividad cinegética a través de iniciativas legislativas como la Ley de Protección y Derechos de los Animales o la Reforma del Real Decreto de núcleos zoológicos de animales de compañía.
Por ello, esta reforma solo atiende a dar respuesta a los intereses ideológicos del lobby animalista, generando un ataque sin precedentes al sector cinegético y una crispación social innecesaria en favor de una minoría radical que no representa a las verdaderas inquietudes de la sociedad.