El reciente fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha puesto un alto en seco a la normativa que permitía la caza del lobo en Castilla y León, generando preocupación entre los cazadores de la región. El tribunal declaró que la normativa regional, que autorizaba la caza de lobos al norte del río Duero, va en contra de la directiva europea sobre la protección de hábitats. Según la sentencia, no se puede permitir la caza de una especie cuando su estado de conservación es desfavorable a nivel nacional, como es el caso del lobo en España.
Este veredicto se suma a una decisión similar en Austria y refuerza la postura de que el lobo no puede ser considerado como especie cinegética si su conservación está en riesgo. El fallo no solo afecta a los cazadores, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro de la gestión de la población de lobos en la región.
El consejero de Medio Ambiente de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha manifestado su respeto por la sentencia, aunque subrayó que la caza del lobo en la región siempre se ha realizado bajo estrictos informes técnicos que aseguraban un estado de conservación favorable. Añadió que, desde 2021, no se han cazado lobos en la comunidad, lo que significa que la sentencia no tiene un impacto inmediato, pero la incertidumbre sobre el futuro persiste.
Los cazadores de la región recordarán que hace sólo unos años, el gobierno regional aprobó un plan que permitía cazar 339 lobos al norte del Duero entre 2019 y 2022. Este programa se basaba en la creencia de que la especie estaba en mejores condiciones de conservación en ese área, una idea que ahora ha sido rechazada por el TJUE al considerar que la normativa no tuvo en cuenta un informe de 2019 que indicaba lo contrario.
Suárez-Quiñones también criticó el informe nacional que describe al lobo como en retroceso, asegurando que no refleja la realidad en las comunidades con presencia de lobos, y prometió que el próximo informe incluirá datos actualizados que muestran una expansión de la especie. Sin embargo, el TJUE dejó claro que las evaluaciones de conservación deben realizarse a nivel local, regional y transfronterizo, lo que significa que incluso si los lobos están en mejor estado en una zona específica, su caza no se justifica si el panorama general es desfavorable.
Para los cazadores, este fallo no solo limita sus actividades, sino que también subraya la necesidad de adaptarse a nuevas regulaciones europeas que priorizan la conservación. Aunque el tribunal permite la adopción de “medidas de gestión” para especies en estado desfavorable, estas deben estar orientadas a mejorar la conservación, lo que podría incluir la prohibición total de la caza si es necesario.
Este fallo plantea un desafío significativo para los cazadores y las autoridades regionales, que ahora deberán equilibrar la conservación de la especie con las tradiciones y necesidades de la caza en Castilla y León.
Fuente: El País.