El uso de productos plaguicidas es una de las principales amenazas para la conservación de las aves que viven en ambientes agrícolas, ya que en estos hábitats, una práctica muy extendida consiste en el tratamiento de las semillas de siembra con productos insecticidas y fungicidas. Muchas aves utilizan las semillas “blindadas” como fuente de alimento, especialmente en épocas de escasez, ya que buena parte de ellas se queda en la superficie de los campos agrícolas tras la siembra, y esto puede suponer un riesgo para su salud.
En el pasado, el uso de productos altamente tóxicos en el tratamiento de semillas de siembra provocó grandes mortandades en aves. Progresivamente, estos productos se han ido retirando del mercado, siendo sustituidos por otros con una menor toxicidad aguda. Sin embargo, en determinadas áreas, es habitual que la temporada de siembra se extienda durante semanas o meses, dando acceso a las aves a estas semillas durante largos periodos de tiempo y suponiendo un riesgo de exposición crónica con efectos subletales que pueden terminar afectando a las poblaciones.
Una familia de productos plaguicidas muy utilizados para el tratamiento de semillas de cereal son los fungicidas triazoles, de los cuales el más utilizado en España es el tebuconazol. En mamíferos, existen estudios que apuntan a que este compuesto altera los niveles de hormonas esteroideas con consecuencias negativas para la reproducción. En aves, un trabajo previo del Proyecto REGRESEEDS desarrollado por el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), ya apuntaba a que el mismo tipo de disrupción hormonal sucedía tras la exposición de perdices rojas a semillas tratadas con este compuesto.
Ahora, investigadores de la Universidad de Amberes y del Grupo de Investigación en Toxicología de Fauna Silvestre del IREC, han realizado un experimento para entender los mecanismos de acción del tebuconazol y las consecuencias de su exposición sobre la reproducción y la supervivencia de las aves, usando a la perdiz roja (Alectoris rufa) como modelo de estudio. Para ello, expusieron a distintas parejas de perdices a niveles que simulan dos escenarios realistas de exposición (exposición baja y alta), que fueron previamente validados en el campo, y han estudiado su impacto sobre múltiples factores fisiológicos y reproductivos.
Los resultados del estudio han revelado que las perdices sometidas a una exposición alta a semillas tratadas con tebuconazol –escenario que simula que la alimentación de las perdices consiste únicamente en semillas tratadas durante 25 días– presentaron niveles reducidos de colesterol y triglicéridos en plasma, mientras que las perdices sometidas a una exposición baja –escenario que simula un 20% de semillas tratadas en la dieta de las perdices durante 25 días– presentaban niveles reducidos de triglicéridos. El colesterol es el sustrato metabólico para la producción de las hormonas esteroideas, por lo que el efecto observado puede llevar a una disrupción endocrina y, por tanto, puede tener consecuencias en la reproducción. Además, el colesterol es un componente importante en el huevo de las aves necesario para el desarrollo del embrión.
Estas consecuencias para la reproducción fueron confirmadas al evaluar el éxito reproductivo de las parejas de perdices dos meses y medio después de haber finalizado la exposición a las semillas tratadas. En este caso, los resultados revelaron que las parejas sometidas a una exposición alta a tebuconazol presentaban una menor tasa de eclosión de los huevos fecundados, o lo que es lo mismo, una mayor mortalidad embrionaria. Esto, junto con una tendencia a producir puestas más pequeñas, resultó en un tamaño de pollada significativamente menor en estas parejas en comparación con las parejas control.
Los hallazgos de este estudio deben ser considerados en combinación con los obtenidos en trabajos previos de campo, en los que se ha observado que las semillas de cereal representan una media del 53,4% de la biomasa ingerida por las perdices silvestres en la época de siembra, pudiendo alcanzar hasta un 89% en ciertas regiones. En el presente trabajo, tanto la época de exposición al tebuconazol como la duración de la exposición se produjeron de forma acorde con lo que sucede en condiciones reales de campo, por lo que los resultados obtenidos demuestran que el uso de semillas tratadas con tebuconazol supone un alto riesgo para la conservación de las poblaciones de aves granívoras. Estos resultados son de suma importancia para la correcta regulación de este y otros compuestos plaguicidas similares.
Puedes consultar la publicación científica de este trabajo de investigación en:
Birds feeding on tebuconazole treated seeds have reduced breeding output