La Asociación de Rehalas Regionales Caza y Libertad (ARRECAL) considera que el anteproyecto de la Ley de Bienestar Animal presentado por la Junta de Andalucía sigue la línea ya vista en otras comunidades y supone una cesión ante el animalismo radical.
Y es que los supuestos beneficios que puede contener este anteproyecto se diluyen en unas obligaciones que producirán un daño irremediable para la vida de los animales y el futuro de las razas caninas.
En el caso de la castración obligatoria, ARRECAL avisa que esto supondría incapacitar al animal para sus funciones biológicas y alterar su comportamiento más ancestral y de aptitud en el trabajo, comprometiendo el futuro mismo de las razas autóctonas por no poder seleccionar a los animales una vez demostradas sus aptitudes para la procreación.
Además, esto afecta también a muchos otros propietarios de animales funcionales, mestizos sin raza definida, pero que se han cuidado, seleccionado y criado desde hace generaciones en base a sus virtudes morfológicas, físicas y etológicas.
Para la asociación rehalera, la realidad es que en el texto presentado por la Administración se evidencia una tendencia a apoyar un modelo evidentemente urbanita marcado por la presencia en los domicilios de “perrohijos” castrados en lo físico y en sus instintos, pero sin plantearse ninguna cuestión vinculada a la ciencia del bienestar animal en esta tenencia.
ARRECAL apoya el trabajo que está realizando la Federación Andaluza de Caza para intentar llegar a un acuerdo con la Junta, pero recuerda que ya ha habido casos similares -como en La Rioja- en los que después de muchas buenas palabras la normativa acabó afectando gravemente al sector.
Así, el presidente de ARRECAL, Felipe Vegue, avisa: “Nos rebelaremos contra cualquiera que incluya a los perros de caza como animales de compañía para sujetarnos a las mismas reglas que las desdichadas mascotas urbanas”.
En esta línea, apunta que “nuestros perros son animales de trabajo y utilidad y debemos criar porque somos garantes de la pervivencia de las razas tradicionales españolas y de otros grandes perros de trabajo”, por lo que “nos negamos a esterilizarlos”.
Algo que, añade, va contra la reciente declaración de la montería y la rehala como Bien de Interés Cultural en esa comunidad.
Asimismo, lamenta que esta norma pretenda ceder competencias a las protectoras de animales, que con el texto planteado se convertían “en fiscales y policías de cualquier propietario canino, otorgándoles la potestad de ser ellos quienes decidan por todos nosotros”.
Por otra parte, ARRECAL recuerda que cuando los perros están cazando cumplen una función esencial, no están perdidos, no están abandonados, no pueden llevar bozal ni ir atados y en ocasiones se alejan del control del dueño por seguir a las piezas.
Por último, la entidad considera que la normativa planteada por la Junta supone un incremento de las ya de por sí farragosas obligaciones y la burocracia a la que ya están sometidos los rehaleros.
Para el presidente de ARRECAL, la propuesta andaluza “se aleja de la realidad del trato diario con los animales, y como tantas otras leyes es de imposible cumplimiento, sancionadora y empobrecedora de las interrelaciones y beneficios que las especies animales pueden proporcionar al hombre”.