Daños a la agricultura, riesgo de enfermedades infecciosas o incremento de los accidentes de tráfico. Estas son algunas de las consecuencias de la excesiva población de jabalíes en Cataluña. Durante los últimos 10 años, la Generalidad catalana estima que la cifra de ungulados se ha multiplicado hasta llegar a unos 200.000 ejemplares, la mayor parte concentrados en las comarcas de Gerona. Solo en 2021, se registraron en Cataluña más de 5.032 accidentes de tráfico, de los que que 3.000 fueron provocados por jabalíes. Para frenar este incremento y sus repercusiones, la Generalidad destinará 10.000.000 de euros durante los próximos tres años.
Durante los últimos años se han viralizado imágenes de crías paseando por la Diagonal de Barcelona, en la playa de Cadaqués, junto a bañistas, en manada frente al Hospital Josep Trueta de Girona o intentando abrir contenedores de zonas urbanas. Son ejemplos de la gran capacidad de adaptación que tienen los jabalíes a cualquier medio. «A partir de este siglo XXI, su capacidad de adaptación ha aumentado: si no encuentran comida en el bosque se desplazan a los campos e incluso a zonas urbanas en su búsqueda; y el tener alimento acentúa su capacidad de reproducción», explica Anna Sanitjas, directora general de Ecosistemas Forestales y Gestión del Medio de la Generalidad.
Esta superpoblación se traduce en daños en la agricultura, principalmente en campos de cereales y cultivos hortícolas, pero también en un aumento del riesgo de enfermedades infecciosas como la turberculosis, la triquina y la peste porcina africana y en una mayor accidentalidad.
La Generalidad catalana pretende conseguir con la inversión de los 10 millones un número de jabalíes que mantenga un equilibrio con el ecosistema y las actividades humanas. Según datos de la última temporada de caza, 70.000 jabalíes fueron abatidos, y a estos la Administración suma las bajas de otros 3.000, causadas por accidentes, por falta de alimento o por enfermedades.
Este millonario plan de choque creará la figura del “cazador experto”, con el que se pretende tecnificar la caza ante la proliferación alarmante de algunas especies cinegéticas y la caída constante de licencias de caza. Según datos de la Administración, en Cataluña se dejan de renovar anualmente más de 2.000 licencias de caza, lo que repercute negativamente en el control de la sobrepoblación de jabalíes.
La Generalidad también quiere desarrollar una nueva Ley de Caza de Cataluña y modificar el decreto de la carne de caza. Además, se diseñará un programa de protección de cultivos, se harán actuaciones de control en zonas urbanas y rurales, se pondrá en marcha un programa de sensibilización y se llegará al acuerdo con los Ayuntamientos para adoptar medidas que palien los daños provocados por los jabalíes.