15 jabalíes, 5 con boca en la montería de Tordelrábano

Un año más, y ya suman más de cuarenta y tres, comenzó la temporada de monterías de Segontia.

Volvimos a reencontrarnos cazadores, rehaleros y organizadores de buena mañana en el Bar de la Mari, para dar cuenta de un rico desayuno, y aprovechar para saludarnos y ponernos al día de las vivencias ocurridas en el tiempo de veda que pasa entre una temporada y otra. Poco a poco acudieron todos los monteros, y dimos comienzo el sorteo. Las posturas marcharían a colocarse directamente desde Sigüenza.

A pesar de que la pertinaz sequía nos está asolando, el jueves anterior a esta cita nos dio una pequeña tregua, y una necesitadísima lluvia dejó unos cuantos litros en el campo, que a pesar de no ser suficientes para las necesidades que nos acucian, sí fueron de inestimable ayuda para los perros que pudieron saciar la sed y refrescarse entre carrera y carrera.

El día de caza la temperatura volvió a subir y el sol lució espléndido. Los jabalíes, necesitados como todos del agua, lo agradecieron sobre manera, y dejaron muestra de ello, puesto que la mancha apareció el día de la montería completamente hocicada, cosa que no habían podido hacer anteriormente debido a la dureza del suelo seco.

A las doce estaban colocadas las treinta y dos posturas en las cinco armadas habilitadas. Los perros soltaron a las doce también, y a eso de las doce y cinco ya se oyó el primer disparo, que a la postre fue el que abatió al jabalí más grande de la jornada. Enhorabuena a Javier que se hizo con un trofeo admirado por todos de los que hacen las delicias de los verdaderos monteros.

El viento sur que soplaba definió, como tantas veces, el devenir de la montería, ya que provocó que los cochinos que empujados por los perros ascendían la umbría principal de roble, al llegar a la cuerda donde los puestos allí colocados cargaban el aire, no rompieran, y se volvieran hacia atrás. Esta circunstancia hizo que los cazadores colocados en la solana fueron menos afortunados y varias piaras completas se escurrieran de la mancha por donde no colocamos a nadie.

La montería continuó muy entretenida entre ladras, agarres y disparos, chorreados y distribuidos por diversas posturas, manteniendo en el tiempo los números lances acompañados de grandes jabalíes entrando en los puestos.

Después de una muy agradable y animada mañana, recogimos a las tres del mediodía, y mientras los cazadores se dirigían a dar cuenta de unas ricas alubias a Sigüenza, se fueron sacando los jabalíes del monte.

En total se abatieron 15 jabalíes entre los 32 puestos que sorteamos, de los que un tercio de ellos, es decir cinco machos con boca.

Enhorabuena a todos.

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