Modelo de gestión cinegética que asegura muchos y grandes venados.

En aquellas fincas donde se práctica la caza a rececho únicamente es relativamente fácil obtener trofeos. La dificultad estriba en que la montería puede ser indiscriminada a la hora de tirar venados.

En los últimos años hemos observado cómo ha mejorado la calidad y ello se debe a una serie de factores: los cerramientos, al poder controlarse la población, la introducción de sangre nueva mejorando la genética y los controles racionales de población, con el objeto de no sobrecargar la explotación.

En este estudio, sintetizamos un modelo de gestión probado con éxito, sencillo de aplicar, que proporcionará la animación de la montería con la obtención de trofeos a lo largo del tiempo.

La colaboración del cazador es fundamental para ello debiendo seguir las directrices marcadas previas a la suelta.

OBJETIVOS

Se trata de desarrollar un modelo de gestión de población de cérvidos en un coto con el fin de montear todos los años ofreciendo calidad en los trofeos de venados cobrados al igual que cantidad.

Los factores necesarios para que un venado llegue a ser trofeo son tres fundamentalmente:

1. Genética

2. Alimentación

3. Edad

Respecto a la eliminación de un número de hembras el asunto es más delicado al ser muy difícil determinar la edad de una hembra a simple vista.

Como regla general aplicamos los siguientes criterios para su control:

– Las gabatas tardías.

– Primalas y ciervas de dos y tres años.

– Ciervas ¨Machorras¨ (grandes y sin cría).

– Ciervas fuera de la edad de reproducción.

Cuáles se deben de mantener en un coto:

Aquellas en edad de reproducir, comprendidas entre 3 y 10 años con aspecto sano, capa brillante y de mayor tamaño.

Constituye un error común eliminar las más grandes. Hay que optar por las más pequeñas. Así mismo y como especie dimórfica (los machos más grandes que las hembras), el ajuste natural no es al 50 por ciento. Hay mortandad natural diferencial estimada en un 10 por ciento, de tal forma que mueren más machos que hembras en condiciones naturales. Eso quiere decir que para mantener el ratio se deben eliminar más hembras que machos en un 10 por ciento aproximadamente.