LA CINTA CETRERA DEL AÑO
León es mucho León… y asistir al evento organizado por el Club Baharí es una obligación para cualquier cetrero amante de la competición. Este año, las fechas cuadraban y se partía con la ventaja de que el día festivo del 12 de octubre era lunes, ideal para alargar el fin de semana y disfrutar a tope de las aves de presa y de los muchos amigos que se citan en León para compartir charlas, vuelos y alguna que otra caña.
Pronto se pudo comprobar que había ilusión, que la afición no decae. La programación arrancaba el viernes 9 de octubre, a las 21.00 horas, en el salón de actos del Ayuntamiento del municipio de La Virgen del Camino para, tras el recibimiento y el aperitivo gratuito que ofrecía la organización, proceder al sorteo de vuelos, con récord de participantes: 121 cetreros y 149 aves inscritas para las cuatro modalidades: altanería (halcones), bajo vuelo azores, bajo vuelo harris y pequeñas aves.
DOS CAMPOS DE VUELO
El director técnico de la prueba, Miguel Ángel Martín Benito, vicepresidente del Baharí, anunciaba que el alto volumen de aves inscritas volvía a obligar a utilizar dos campos de vuelo: uno, el principal, junto a las carpas; y el supletorio, junto al aeropuerto de León.
Tres preciosos ejemplares de Gavilán
Los halcones, con aquello de ser la altanería la modalidad “mimada” por el espectáculo que busca el público en general, volarían siempre en el campo principal, lo que obligaba a realizar la clasificatoria a un solo vuelo, es decir, el bombo designaría el turno de vuelo (el sábado o el domingo), mientras que las pequeñas aves, los harris y los azores volarían las dos jornadas y sumarían puntos ambos días.
Todo estaba a punto y, tras la cena y el sorteo del viernes, los cetreros intercambiaban sus impresiones y realizaban sus pronósticos en los establecimientos de La Virgen del Camino. Risas, anécdotas y lances por diversos locales del municipio, cuyo epicentro, como cada año, fue el bar Scotland, regentado por Cristina y Toño, lugar de referencia para el encuentro de muchos de los cetreros que acudieron a la cita. Las previsiones meteorológicas no eran muy optimistas debido a la amenaza de la bautizada como “tormenta Joaquín”.
Sin embargo, el sábado no llovió y durante toda la jornada se sucedieron los lances de caza en unas condiciones óptimas, sobre todo teniendo en cuenta la ausencia de viento, que podría hacer más complicada la persecución de las rapaces a sus presas.
En la primera jornada ya pudimos comprobar que el nivel de los vuelos iba a ser espectacular, sorprendiendo gratamente la fuerza en el batir que mostraron una gran cantidad de harris. Algo bueno está haciendo este colectivo…
Los 19 halcones que volaron el sábado también demostraron que, a pesar de estar empezando la temporada, se encontraban en perfecta forma. No todos los lances fueron tan espectaculares como se espera en un ave que puede superar los 300 kilómetros por hora en su picado hacia la paloma mensajera, pero lo realmente interesante es que ningún halcón se fue de “excursión”.
¡QUÉ LANCES!
El público que seguía los lances desde las gradas aplaudía cada picado en agradecimiento al espectáculo que estaba presenciando en directo. Tras los halcones, participaron los diez primeros cetreros de pequeñas aves, como cernícalos comúnes y americanos, gavilanes o halcones aplomados.
Vuelos y lances velocísimos a codorniz sembrada en caja lanzadera, cuyo dispositivo de mando a distancia se accionaba a la orden del cetrero. La modalidad de bajo vuelo azores también se desarrolló de forma relativamente ágil.
Halcones, azores, harris y otras pequeñas aves hicieron las delicias del público.
Los cetreros, previas instrucciones de los jueces nacionales, simulaban la acción de caza hasta que daban la orden para que se soltara la hembra de faisán. Ahí se emprendía la persecución de los azores (ibéricos, rusos, finlandeses, etc) con esos vuelos rasantes sin perder de vista a su presa.
A última hora de la tarde, nuevamente los halcones, siete en total, volaron intentando dar caza a las mensajeras. Algunos de los halcones que pasaron por las Jornadas Internacionales de Cetrería del Norte de España (JICNE) 2015 superaron los 300 metros de altitud (techo) antes de lanzarse en picado hacia sus presas.
La carpa de conferencias acogió en la tarde del sábado 10 la charla del cetrero y escritor Adolfo Ruiz, que habló sobre las efemérides de los 50 años de la publicación del libro El arte de cetrería, de Félix Rodríguez de La Fuente, un verdadero tratado de este arte milenario que sirvió entonces para que la cetrería resurgiera de nuevo y que aún hoy sigue teniendo una vigencia extraordinaria, casi como si de un “catecismo” cetrero se tratara.
Pero el domingo amaneció lloviendo. Aun así, comenzó la competición nuevamente con los halcones en el campo principal, si bien hubo que paralizar la prueba debido a la niebla, que desgraciadamente hizo acto de presencia.
La competición se retomó nuevamente a las 11.00 horas, aunque la organización acordaba que los harris que tendrían que volar en el campo principal lo volvieran a hacer en el supletorio.
Y LA LLUVIA NOS RESPETÓ
A partir de ese momento, el tiempo se portó y permitió a los asistentes disfrutar de bellos lances de altanería y de pequeñas aves, aunque no pudieron contemplar a los harris en juego debido a este contratiempo meteorológico.
Jonathan Alonso Maldonado preparado para entrar en escena.
La jornada concluyó con una serie de vuelos de exhibición y un par de charlas muy interesantes. La primera de ellas, a cargo de la empresa Drontecnic, que explicó los distintos campos de aplicación de los drones, haciendo mención, como no podía ser de otra forma, al uso de estos dispositivos en la cetrería como sistema de entrenamiento.
La segunda charla la impartió Francisco Álvarez, Fran, que presentó un interesante documental audiovisual sobre la cría de halcones en su centro de cría Falcon Galicia. Y llegó el ansiado día de las finales, el lunes 12, en el que pasaron por el campo principal los diez primeros clasificados de cada una de las cuatro modalidades.
Los finalistas supieron de su suerte en la tarde noche del mismo domingo. Nuevamente fueron los halcones quienes comenzaron los vuelos, seguidos de las pequeñas aves, y, por sorteo, compitieron por este orden los mejores harris y azores.
Tal y como era de esperar, el alto nivel de las aves de presa permitió que algunos de los lances fueron especialmente espectaculares. Y todo con un tiempo que supo contener la lluvia, lo que hizo disfrutar al público de los vuelos hasta las 15.00 horas, cuando concluyeron. Tras la deliberación de los jueces y después de reponer fuerzas en el bar-restaurante de la organización, tuvo lugar la ceremonia de entrega de premios.