Como bien sabemos, el conejo tiene una incidencia directa en los cultivos. Esto genera una retahíla de pérdidas económicas en la actividad agraria: daños en la viña, en el cereal y en los cultivos hortícolas, principalmente. La repercusión de estos daños es importante de cara a las economías locales de aquellos términos donde el conejo tiene presencia.
Cercado temporal de un majano para evitar daños a la agricultura.
Parece evidente que en determinados lugares la presión cinegética es insuficiente para paliar la actividad conejera allí donde este pequeño mamífero se hace muy resistente y resabiado a las escopetas.
Está comprobado igualmente que los grandes vivares de más de 100 bocas son de muy difícil acceso incluso hasta para los hurones.
La caza en estas circunstancias es muy poco efectiva para el control y manejo de los conejos.
Otros hábitats donde resulta ineficaz la caza es en zonas de cobertura de bajo porte, como los espartales, sitios con palmito o con coscoja, donde es difícil ponerles a tiro.
Allí el conejo se mueve bien y encuentra fácilmente vías de escape.
POR QUÉ SE GENERAN LOS DAÑOS
Los daños vienen por la escasez de alimento (herbáceas silvestres), por la falta de depredadores terrestres y aéreos, por el refugio que ofrece el hábitat y por la sensibilidad de los cultivos, es decir, por los periodos críticos estacionales. Y es aquí donde una pequeña cantidad de conejos puede provocar serios daños a la agricultura, y no necesariamente tenemos que hablar de superpoblaciones para encontrar esos destrozos en los cultivos.
Los grandes daños suelen producirse cuando se siembra el cereal y empieza a crecer o cuando los conejos se nutren de la corteza de determinadas plantaciones, como el olivo, porque roen el floema y las plantas mueren en poco tiempo. En el caso de las hortícolas, el estío es la estación más sensible. En esta época los conejos necesitan alimentarse de proteína y tener agua. Las hortícolas son el objetivo más apetecible en ese momento.
Protección de cultivos con un mallado conejero.
En el caso del cereal, la superficie de terreno afectada por metro cuadrado es mayor en los meses de noviembre, diciembre y enero. En condiciones normales, esos meses son los de tirar el cereal. De 150 kilos por hectárea en zonas productivas terminarán en verano con 4.500 kilos por hectárea (esto es variable según zonas y climas).
La conclusión es que esos primeros meses la siembra crece despacio, aún le queda mucho. Si los conejos en estos meses se alimentan de cereal, el consumo de uno solo puede afectar a unos 67 metros cuadrados de siembra, con la repercusión que ello conlleva.
En verano, este mismo conejo, comiendo lo mismo, al haber crecido ya el cereal, los daños que provoca sólo llegarán a cubrir dos metros cuadrados.
Como vemos, en el caso del cereal, todo depende del momento del año. Y cuando está en ciernes, los daños pueden ser muchos, aunque haya poco conejo en la zona.
Con ello damos cuenta de que la clave no está en aportar comida durante todo el año, sino que en determinados meses esos aportes sí pueden ser beneficiosos. Además, si hay poco conejo, no habrá que hacer un gran desembolso de dinero.
QUÉ SE SUELE HACER
Normalmente, cuando esto ocurre siempre se recurre a lo mismo: a la presión cinegética mediante permisos.
Pero claro, esto tiene sus inconvenientes porque la caza está al arbitrio de las sociedades y además tiene también repercusión en los predadores, que desaparecen o se los caza hasta el agotamiento, con la inmediata incidencia en la pirámide lógica natural, tan importante es la presa como su predador en proporciones lógicas.
También afecta a la destrucción de los hábitats o alteraciones del mismo, con el empleo incluso de métodos masivos y quizá lesivos como el trampeo por cuenta ajena o incluso el uso de venenos (recordemos la plaga de topillos de hace tres años en Castilla y León).
LAS ALTERNATIVAS
Parece evidente que una de las posibles causas de los daños a la agricultura sea la falta de alimento en determinadas épocas del año, porque el cultivo esté aun creciendo o porque los conejos no encuentren cerca otra fuente de nutrientes. Por eso, una de las alternativas a los cultivos es ofrecer otro alimento a los animales. Un ejemplo claro de esto es sembrar micropraderas forrajeras permanentes. Éstas están adaptadas a la presión de herbívora, de manera que si se las comen y disponen de una fuente de agua, crecen con más fuerza y su producción es elevada como para alimentar a los conejos, que no se irán a otros cultivos más sensibles.
Otra alternativa pasa por la siembra ecológica para la caza, sembrar los bordes de los cultivos o poner comederos artificiales. Las siembras ecológicas para la caza comprenden avena y breza y son muy útiles, ya que en verano, además, sirven de cobijo a las especies de menor y no son demasiado costosas.
LA PRESIÓN CINEGÉTICA
La caza con hurón es la más recurrente para paliar daños ocasionados por el conejo, pero no la más eficaz según zonas.
En cualquier caso, todas estas prácticas requieren cierto aprendizaje y experiencia. No siempre se sabe colocar las mallas o simplemente mantenerlas. Y, como todo, tiene sus inconvenientes. Uno de ellos es el desembolso que suponen (siempre hay que poner dinero) y otro es el impacto que provocan, ya que esto disminuye la movilidad de la fauna.
Y es que en realidad la gestión debe llevarse a cabo por profesionales que saben dónde hacer la presión por caza y cuándo (definir número de cazadores, días de caza, cupos…).
De este estudio se concluye, además, que es más beneficioso no realizar una presión cinegética todo el año, sino hacer cargas instantáneas. Con una presión constante los conejos aprenden rápido y empezarían a salir por la noche.
Esos conejos resabiados no salen de las madrigueras de día ni aunque utilicemos hurones para sacarlos. Y en sitios donde hay mucha abundancia la caza al salto con perro no es demasiado eficaz, hay que emplear otros métodos paralelos.
DÓNDE Y CÓMO ACTUAR
Las alternativas alimenticias que detallamos en la siguiente página y que se postulan para evitar daños en la agricultura se basan en experiencias de campo y estudios prácticos apoyados en la observación y la investigación. Estas medidas deben ser las siguientes:
- Se hace necesaria la protección de ciertos cultivos con mallas conejeras, protectores de troncos y plantas leñosas, sobre todo cuando son jóvenes, o bien el empleo de cercados de madrigueras para confinar temporalmente a los conejos suministrándoles alimento ahí mismo. Cada opción dependerá de lo que para cada propietario resulte más económico o práctico.
- Otro de los métodos es la reintroducción controlada de depredadores de madriguera o la mejora de los hábitats para todo tipo de predador, como la colocación de posaderos para rapaces.
- Debemos tener en cuenta que estos recurso deben estar en un lugar muy accesible a las madrigueras, si los conejos pueden comer a diez metros de su casa, no se van a ir a 30.
- Un error frecuente es poner esta alimentación alternativa en los mismos cultivos donde existen daños. Hay que tener en cuenta que cuando colocamos alimentos en época de hambruna atraeremos a muchos animales, por eso lo acertado es ponerlo separado del cultivo sensible de pérdidas y daños.
- La clave esencial: que lo que siembres sea nutritivo y lo más atractivo posible para el conejo (ver alimentos más atractivos para el conejo, a la izquierda).
- Hay que hacer estos aportes sólo durante los periodos críticos, en los momentos clave.