Como siempre, la escopeta adecuada es aquella con la que estemos cómodos y acostumbrados a disparar con ella. Hace tiempo hicimos una prueba entre el calibre 12 y el calibre 20, determinando que, efectivamente, el calibre 12 es más resolutivo, ya que concentra algo mejor (en función de la escopeta) y deja menos ‘huecos’ en aquellos disparos más largos.
Sobre el tipo de escopeta, no existe una superioridad clara de una tipología sobre otra. La ventaja de las semiautomáticas es la posibilidad de tener tres disparos que pueden marcar una diferencia sobre todo en caza en puesto (paloma). La ventaja de las superpuestas y paralelas es tener dos chokes distintos, permitiéndonos disponer de un caño óptimo para disparos hasta 25 metros y el otro caño que alargue bastante más el disparo.
Finalmente, las bellísimas y románticas paralelas, la única ventaja que, quizás, tienen es la menor apertura de la escopeta para cargarla que las superpuestas y, en muchas ocasiones, su ligereza versus las otras dos tipologías.
Como siempre, revisaremos las escopetas antes del día de caza, accionando todos los mecanismos y asegurando que todo funciona sin holguras. Es bueno engrasarlas levemente, ya que, con el calor, las partes móviles pueden expandirse y producirse roces adicionales, y retirar los excesos de grasa, pues el campo está muy seco y puede acumular polvo y generar depósitos.
Aseguraremos los choques sin apretarlos en exceso y los revisaremos durante el transcurso de la jornada de caza (descargando el arma, por supuesto), ya que tienen costumbre de irse aflojando con los disparos. Los podemos apretar con el canto del cartucho, sin necesidad de utilizar la llave original.
Evitaremos desmontar el arma cuando esté aún muy caliente y nunca trataremos de enfriarla con agua o cualquier otro líquido. Mejor dejarla enfriar a la estupenda sombra de una encina, mientras guardamos el resto de los aperos.
Hay repetidos mitos en la caza y aquí va uno de ellos: «Mi escopeta no tiene chokes». No es del todo cierto, ya que todos los cañones de escopeta tienen choke: en algunos casos estos son intercambiables y, en otros, son fijos.
Básicamente el choke, que es el estrechamiento en la última sección del cañón, determina la apertura del disparo en la distancia del mismo. Los choques más abiertos abren la dispersión de perdigones a menores distancias, mientras que los más cerrados hacen que esa apertura se produzca a mayor distancia.
Los chokes, bien utilizados, son un aliado que marcará la diferencia en nuestras jornadas de caza. Las distancias óptimas de cada choque también están marcadas por el largo de cañón de nuestra escopeta y el cartucho que empleemos.
Centrándonos en la media veda, hay que diferenciar entre caza en puesto fijo o en mano. En los puestos de caza donde esperamos a la caza, lo primero es valorar las distancias de disparo y colocar los chokes adecuados para estas distancias.
Por ejemplo, si estamos en una zona boscosa donde las palomas realizarán pasos más o menos cercanos, podemos colocar una combinación de cuatro estrellas y dos estrellas. Si la caza se acerca a nuestra postura, dispararemos primero el caño de 2 estrellas (cuando está más alejada) y reservaremos las 4 estrellas para cuando esté más cercana, invirtiendo el orden cuando las piezas se alejen de nosotros y el primer disparo sea cuando la pieza está más cerca de nosotros. Podríamos decir que la distancia óptima para 2 estrellas es hasta 35 – 40 metros y la de 4 estrellas, menos de 25 metros.
Si estamos en el borde de una siembra, donde muchas veces la paloma vuela algo más alta, podemos combinar un choke de 1 estrella con el otro cañón en 2 o 3 estrellas. En el caso de las escopetas con un solo cañón, el choke más polivalente es el de 3 estrellas, que nos permite buenos disparos tanto en distancias cortas como hasta los 30 o 35 metros.
En el caso de la caza en mano –codorniz, por ejemplo–, habitualmente se trata de disparos cercanos o hasta media distancia y, queriendo abatir al animal, pero también poder aprovechar el animal, emplearemos chokes bastante abiertos. Quizás una buena combinación es 5 estrellas para el primer disparo y 4 o 3 estrellas para el segundo disparo. Habitualmente, la codorniz huye de nosotros con la entrada del perro, por lo que dispararemos, primero, el cañón abierto y, después, el cerrado.
La configuración de las escopetas paralelas de dos gatillos establece que el gatillo delantero dispara el cañón derecho y más abierto y el gatillo trasero dispara el cañón izquierdo más cerrado. Asumiendo que la caza se aleja de nosotros, dispararemos primero el gatillo delantero y después, con la pieza más alejada, el gatillo trasero.
En el caso de las superpuestas, el gatillo delantero o el cañón que primero se dispara (para aquellas que solo montan un gatillo) es el inferior, normalmente, más abierto.
Debemos recordar que el disparo de escopeta produce una ‘nube’ de perdigones que asemeja a una especie de ‘huevo imaginario’ de perdigones, formando un patrón más o menos circular. A mayor distancia, más se abre este círculo, dejando huecos en el mismo. Hay disparos con cierta suerte, consiguiendo abatir piezas a 50 – 60 o, incluso, 70 metros; pero, realmente, se trata de disparos con fortuna que casi siempre terminan con el animal herido y no haciendo que siempre se pueda cobrar la pieza.
Para gustos los colores, como siempre, y malos no hay ninguno. Lo que sí es relevante es lo apropiado de la dimensión del perdigón y del gramaje (cantidad de perdigones por cartucho) de los mismos.
Para las palomas en media veda, iremos bien con 7 y 8. ¿Podemos usar 6 o, incluso, 5? Sin duda sí, pero reducirá nuestras oportunidades, ya que en un cartucho de 32 o 34 gramos cargarán menos perdigones que si empleamos 7 o 8, irán más lentos (forzándonos a adelantar más el tiro) y, si el disparo es cercano, estropearemos más la pieza.
¿Podemos usar cartuchos de plato o hélices para la media veda? Sí, pero el perdigón suele tener una composición diferente siendo más duro, lo que puede hace que dejemos herida más caza y no necesariamente tengamos más aciertos.
¿Es un cartucho de 36 gramos más lento que uno de 34 o 32 gramos? Sí y no, depende de la pólvora del cartucho. Si es del mismo fabricante y clase de cartucho, montarán casi siempre la misma pólvora. Por tanto, la velocidad de salida del cañón será igual, pero la ‘v2’, que es la velocidad a una distancia de 20 – 25 metros, será levemente más lenta, lo que implica un mayor adelanto.
Cuando leemos la velocidad de un cartucho en una caja, ¿qué significa? Las velocidades de los perdigones suelen rondar de 370 a 410 metros por segundo, de media. Muchas veces esa velocidad es la de salida del cañón.
La realmente relevante (y que casi nunca sale en la caja) es la famosa ‘v2’, es decir, a unos 20 – 25 metros de la boca del cañón. Habitualmente, a más velocidad de salida del cañón, más retroceso.
Resumiendo, a más gramaje y menor dimensión del perdigón, más posibilidades de acierto, pero más retroceso también. Y por supuesto, hay que tener en cuenta que la dimensión del perdigón es muy relevante en función del animal que estemos cazando.
Por último, es importante asegurar que guardamos los cartuchos en un lugar seco y que no cojan altas temperaturas. Si estamos en puesto fijo, evitaremos poner los cartuchos al sol, ya que pueden deformarse y causar problemas de carga y expulsión del arma.
Acabada la jornada de caza, es imprescindible la limpieza del arma y desmontar y limpiar los choques. ¡Buena suerte y buena caza!
Joaquín de Lapatza