¡A cazar!
Ahora ya lo tenemos todo preparado. Nuestro arco está ajustado al milímetro y podríamos darle a una manzana a 30 metros de distancia sin ningún problema. Asimismo, contamos con la ropa adecuada, con un puesto precioso y con muchos jabalíes que lo visitan. Cae la tarde y vas de camino al puesto. Aparcas el coche un poco lejos y el paseo por el campo previo a la caza te relaja. Abres el maletero y coges los trastos, haciendo un repaso mental para no olvidarte nada. Ok, ya lo tengo todo preparado. Llegas al treestand y enganchas el arnés al árbol, pues no quieres correr riesgos innecesarios. Subes el arco y la mochila. Colocas la mochila en una rama, el carcaj en otra, y pones una flecha en el arco. Te ajustas el disparador en la mano y respiras profundamente… Ya estás cazando. En ese mismo instante un escalofrió recorre todo tu cuerpo. Estás emocionado como el primer día. Cuando dejes de sentir esto, la caza perderá todo su sentido. Ahora solo depende de ti y de la diosa fortuna que culmines la noche con éxito. ¡Suerte a todos en el campo!

Un estabilizador siempre ayuda, y se puede usar como soporte para colocar la linterna.
El reposa flechas
El reposa flechas debe ser del tipo full capture, ya sean de caída o fijos, es decir, que mantengan la flecha en el reposa flechas independientemente de la posición del arco. Esto evitará que la flecha se caiga del reposa flechas y golpee el cuerpo del arco, haciendo un sonoro click que delatará nuestra presencia. Les puedo asegurar que esto casi siempre ocurrirá cuando tengáis el jabalí casi metido en el puesto.
Arco y accesorios
Si no se tiene mucha experiencia como arquero, recomiendo el uso de un arco de poleas o compuesto en vez de un arco tradicional. Más que nada porque las prestaciones y la precisión de estos arcos son mayores que las de los arcos tradicionales en condiciones idénticas de entrenamiento.
El uso de arco tradicional, aunque suene contradictorio, es la evolución del cazador que busca superarse a uno mismo y adentrarse de lleno en la caza con arco más “pura”.
Un arco corto para las esperas es lo ideal. Entre 28” y 32” de eje a eje es perfecto. Y si tiene un fismelle (brace height), entre 7” y 8” será mucho mejor para poder tirar cuando vayamos bien abrigados y nos abulte mucho la ropa. El fismelle es la distancia que hay entre la cuerda y la parte interna de la empuñadura del arco. Para cazar con arco se necesitan un mínimo de 45 libras de potencia por ley. Lo idóneo es tirar con una potencia que nos permita abrir el arco con comodidad. Cuanta más mejor, pero tampoco vamos a obsesionarnos con este asunto. Pienso que 60 libras son más que suficientes.
La importancia del visor
El arco necesita un visor con luz para iluminar los pines, ya que las esperas son básicamente de noche. Los pines son las referencias o puntos de mira de los visores y suelen estar fabricados con un terminal de fibra optica. Lo ideal para mí son los de un solo pin, ya que se suele tirar a cebaderos, bañas o pasos de distancia fija. Los visores con varios pines son muy prácticos, pero si vamos a utilizar el arco solo para esperas, veo más apropiado el uso de un solo pin, ya que evita confusiones. Dichos visores llevan una escala que se puede graduar para tirar a diferentes distancias. Si utilizamos un visor con varios pines, modificaremos la iluminación para que solo se ilumine el primer pin.

El estabilizador, el disparador, el visor, una linterna, y unas flechas y puntas de acuerdo a la modalidad que vamos a practicar son fundamentales a la hora de tener éxito en el campo.
El estabilizador
Un estabilizador siempre ayuda, pero para esta modalidad no hace falta uno muy largo y aparatoso, de 3” a 9” será más que suficiente. Además, se puede usar como soporte para colocar la linterna, alumbrando al cochino en el momento del disparo.
La linterna, más que recomendable
La linterna es otro asunto importante. En el mercado hay multitud de linternas aptas para dicho fin. Actualmente existen unas linternas de tamaño reducido que cuentan con un flujo luminoso considerable que indica la cantidad de luz visible que emite la linterna. Este flujo se mide en lúmenes. Cuantos más lúmenes tenga la linterna, más luz emitirá. Una linterna con 1.000 lúmenes y un flujo de luz concentrado para conseguir mayor alcance será más que suficiente. Evitaremos en la medida de lo posible la luz blanca, ya que los animales aguantan menos este tipo de luz. Un filtro de luz rojo o verde será lo ideal.
El encendido de la linterna se acciona con un pulsador remoto unido a la linterna mediante un cable. Dicho pulsador se debe colocar en el cuerpo del arco para accionarlo con la mano que sujetamos el arco. Hay jabalíes que toleran muy bien la luz y otros que ponen pies en polvorosa una vez enciendes el foco. Estos ejemplares posiblemente hayan tenido malas experiencias pasadas y no será la primera vez que se enfrentan a una espera. Una buena forma de ver cómo reacciona el animal ante la luz es realizar una ráfaga una vez escuchemos movimiento. Si el animal es abatible, abriremos el arco y volveremos a encender lo justo para tirar.
El disparador
Se trata de un dispositivo que se acopla a la mano o a la muñeca y que nos permitirá una suelta limpia y segura de la cuerda cuando el arco esté abierto. Es una especie de pinza con la que abriremos el arco y, una vez preparados, soltaremos la cuerda del arco mediante un gatillo. Ello nos permitirá realizar dicha suelta de una manera más limpia y precisa que si lo hiciéramos con los dedos. La forma más común de “enganchar” el disparador a la cuerda es mediante una pequeña lazada en la cuerda del arco denominada loop. Es un material especial y no vale cualquier tipo de cuerda. Instalarlo es muy sencillo… y parece mentira la gran resistencia de su nudo.
Hay muchos modelos de disparadores: de muñeca, de mano, de tensión, incluso unos especiales para realizar esperas que serán siempre los más recomendables. Pero un disparador simple de muñeca será más que suficiente para comenzar.
Las flechas y las puntas
Otro asunto del cual se podrían escribir muchas líneas por la variedad y complejidad del tema son las flechas y las puntas de caza a utilizar. Para los aguardos se recomienda la utilización de tubos de carbono y puntas fijas no mecánicas. Con un arco potente, rápido y bien ajustado podremos utilizar con éxito casi cualquier punta de las existentes en el mercado. La única condición necesaria es que sean robustas y estén perfectamente afiladas. Siempre debemos practicar y ajustar nuestro arco a las puntas de caza que vayamos a utilizar. No todas las puntas de caza vuelan igual y pueden desviarse. Lo mejor es que nos asesoren en un establecimiento especializado. La elección de las flechas es fundamental y deben corresponder con las características que tenga el arco.
Es decir, no todas las flechas valen para todos los arcos. La elección de la flecha depende de la potencia, apertura del arco y peso en punta. Las flechas se clasifican por su dureza o spine.
Ropa y complementos
Los aguardos o esperas, como sus propios nombres indican, consisten en esperar a que un animal pase por una zona determinada.
Por ello debemos estar cómodos térmicamente y en una posición correcta. Pasar frio o calor puede provocar que nuestra espera se termine antes de lo deseado. El calor se puede solucionar eliminando capas, pero el frio es más complicado. Hoy en día, existe ropa técnica enfocada a la caza y basada en un sistema de tres capas muy efectivo. Incluso ya hay muchas marcas que están lanzando líneas de ropa expresamente destinadas a la caza con arco. Nuestro objetivo será mantener el cuerpo seco y caliente. Para mantenerlo seco se debe potenciar la transpiración, es decir, la ropa debe permitir al sudor salir de nuestra piel. Y, por otra parte, se busca proteger al cuerpo de las inclemencias del tiempo (lluvia, frío, viento, etc), por lo que nuestra ropa debe impedir la entrada de esos elementos. El sistema de capas permite que el cuerpo se mantenga seco y protegido mientras desarrollamos nuestra actividad sin necesidad de ir forrados como una cebolla. Por lo tanto, cada una de las capas debe tener una función diferente, que podría agruparse básicamente en:
-Primera capa: Nos mantiene secos mediante el uso de tejidos transpirables
-Segunda capa: Nos mantiene calientes.
-Tercera capa: Nos protege de la lluvia y el aire permitiendo la transpiración. Esto se consigue gracias a patentes de membranas tan conocidas como Gore-tex o Vapourflex, entre otras.

Es aconsejable utilizar ropa técnica para protegernos de las inclemencias meteorológicas. Y si es de camuflaje, mucho mejor.
La cabeza, las manos y los pies son puntos críticos, por lo que mantenerlos calientes es fundamental. Existen en el mercado productos específicos para realizar esperas con un alto grado de insulation (materiales que reducen la tasa de transferencia de calor), como botas, calienta manos, pasamontañas… Y un sinfín de complementos más.
Lo más aconsejable es ponerse las últimas capas cerca del puesto, ya que, si andamos o nos movemos mucho, con toda la ropa sudaremos.
Algunas prendas cuentan con control de olor, lo que reduce bastante nuestro olor corporal, pero sin eliminarlo del todo. Son una gran ayuda, aunque no infalibles al 100%.
Es recomendable guardar la ropa de caza en una bolsa estanca junto con algo de vegetación de la zona, para que coja ese olor.
Puestos elevados y conocer las tendencias de los aires en la zona de caza serán nuestro mejor aliado.
El tema del camuflaje es controvertido y personal. Cada uno tiene sus preferencias, basadas en las experiencias vividas o simplemente por criterios meramente estéticos. Para las esperas, colores oscuros y diferentes patrones de camuflaje harán el papel. El jabalí no cuenta con muy buena vista, pero sí tiene una buena memoria visual y percibirá cualquier cambio en su entorno. Más aún si está cerca de un cebadero. Lo más importante a mi entender es que no se distinga nuestra silueta, situándonos siempre en lugares donde tengamos cobertura detrás para que no destaquemos. Cualquier movimiento dentro del campo visual del jabalí echará por tierra nuestra espera.
Texto y fotos: Iván Eady