Iniciación a la recarga de cartuchería metálica (II). Preparación de la vaina

En este segundo capítulo abordamos el engrase, recalibrado y demás manipulaciones previas que hay que realizar en las vainas antes de proceder a su empistonado y carga.

La vaina tiene un papel crucial en el proceso de carga y muy especialmente también durante el disparo, hasta tal punto que si no se hubiera inventado las armas de fuego no serían tan eficaces como lo son actualmente.

A simple vista parece que solo sirve para albergar en su interior el pistón, la pólvora y el proyectil, pero su papel es mucho más importante: cuando se produce el disparo su culote se apoya en el cerrojo del arma y sus paredes se dilatan y sellan la recámara, impidiendo que los gases de combustión se fuguen por el sistema de cierre, de modo que el tiro no pierde potencia porque todos los gases de combustión se aprovechan para impulsar al proyectil.

De hecho, hasta que no se utilizaron las primeras vainas rígidas de cartón y metálicas no se pudieron crear armas de retrocarga potentes debido a las fugas de gases, que no solo restaban mucha potencia al disparo sino que además eran peligrosas para el tirador.

Naturalmente, durante el tiro la vaina se expande y se ciñe a las paredes debido a la presión que se genera en la recámara, presión que es particularmente muy alta en los rifles, por lo que queda deformada y, si queremos recargarla, es necesario recalibrarla para devolverla a sus medidas originales, operación que se realiza con el die o útil de recalibrar (y que normalmente también la desempistona *).

(*) Los juegos de dies para cartuchos agotellados constan de dos matrices: La de recalibrado-desempistonado- expansión del cuello, y una segunda matriz para colocar la bala. Sin embargo, el juego de dies diseñado para recargar vainas rectas consta de tres matices: una para recalibrar la viana; otra para desempistonar-expandir el cuello y una tercera para colocar el proyectil. 

Kit Lyman para engrasar y limpiar el interior de las vainas, compuesto por almohadilla de engrase, lubricante y cepillos

 

LAS VAINAS SE DESGASTAN

Lógicamente, cuando una vaina se dispara varias veces sus paredes sufren el efecto de la presión generada en cada tiro y además tienen que soportar varios recalibrados que la debilitan aún más.

Cada vez que se dispara y recalibra una vaina, se estira, por lo que debe recortarse con un trimmer como este.

En concreto, cada vez que se dispara y recalibra una vaina, ésta se hace un poco más larga y su pare des adelgazan, por lo que llega un momento que es más larga que la recámara, invade parte del ánima y el proyectil queda encajado o situado muy cerca de las estrías del cañón (se queda sin “vuelo libre”), de modo que cuando la disparamos se produce una sobrepresión que puede ser muy peligrosa.

 

Este problema se soluciona en parte midiendo la vaina con un calibre y recortándola a su longitud correcta con el trimmer (dato que se indica en el manual de recarga).

Pero no hay que olvidar que, además de “estirarse” sus paredes internas se hacen más delgadas, por lo que llega un momento en que la vaina puede debilitarse tanto que, aunque la recortemos sea peligroso usarla porque puede rajarse y producirse una peligrosa fuga de gases por el sistema de cierre, experiencia que no le recomiendo a nadie que le suceda con un rifle potente pues a mí me ha pasado con un .222 Remington y aún se me erizan los pelos cuando me acuerdo. Por fortuna uso gafas, porque si no les estaría escribiendo esta notas en braille.

Y TIENEN UNA VIDA LIMITADA

Si una vaina se cuida, y después de cada disparo se limpia por dentro y por fuera, se puede recargar más veces pero por seguridad no es conveniente cargar más de 10 veces las vainas de los rifles de calibres estándar potentes ni más de 5 veces las de los rifles magnum, razón por la que no se deben recargar vainas de origen desconocido, especialmente las que encontremos en los campos de tiro porque pueden ser vainas que ya hayan sido recargadas varias veces aunque nos parezcan en buen estado.

Preparacion-de-vaina_limpieza

Productos para limpiar y engrasar vainas

Lo mejor es utilizar vainas nuevas (a la venta en las armerías especializadas en recarga) o bien las procedentes de cartuchos comerciales que, estemos seguros, hayan sido disparadas una sola vez para que podamos conocer cuántas veces las vamos recargando.

Además, es importantísimo que las vainas que utilicemos sean de la misma marca para que todas tengan la misma capacidad interna (por lo que deben estar recalibradas y recortadas el mismo número de veces), ya que sucede que dependiendo del fabricante y del material empleado en su fabricación, el volumen interno puede variar sensiblemente y, como consecuencia, al dispararlas las presiones en recámara no serán uniformes y la munición recargada no agrupará bien.

Especialmente con algunos calibres, como el .300 Winchester Magnum, el volumen interno de las vainas, dependiendo de la marca, puede llegar a ser tan diferente que incluso puede ser peligroso recargarlas sin tener esto en cuenta (ver el manual de recarga Norma, páginas 307-319).

INSPECCIÓN PREVIA

Antes de proceder a recalibrar una vaina, primero es necesario inspeccionarla para desecharla si está en mal estado porque esté rajada o abollada, lo que recomiendo que hagan incluso si la vaina es nueva.

Tengan en cuenta que una vaina abollada no tiene el mismo volumen interno que las demás y que, durante el disparo, se puede rajar por la zona abollada, lo que originará, como hemos dicho, una peligrosa fuga de gases por el cierre.

Si estamos recargando vainas disparadas (recuerde, siempre un número conocido de veces), como mínimo es necesario limpiar el interior del cuello utilizado un cepillo de cerdas duras de nylon o de bronce y también puede ser necesario limpiarla por dentro para eliminar de su interior los restos de carbonilla y la suciedad externa.

Especialmente esta operación es muy necesaria y debe realizarse cuanto antes después de haber sido disparados, si el cartucho es de pólvora negra porque los residuos que deja la pólvora negra son muy agresivos y terminan arruinando la vaina.

ENGRASE PREVIO

Solo se realiza si la vaina ha sido disparada, si es nueva esta operación (ni la de recalibrado) es necesaria hasta que la recarguemos por primera vez.

Preparacion-de-vaina_dies

Juego de dies

Una vez limpia, antes de recalibrar una vaina de rifle es preciso engrasarla con lubricante especial para recalibrar vainas (a la venta en cualquier armería especializada en recarga para que no se gripe en el die o matriz de recalibrado-desempistonado (*), operación que debe realizarse con extremo cuidado porque si usamos poca grasa la vaina se gripa en el interior del die y no podremos sacarla de éste salvo que utilicemos un extractor especial para desatascar vainas, también hoy día a la venta en armerías especializadas en recarga (hace varias décadas había que tirar el die a la basura ).

Y si engrasamos demasiado y la vaina es agotellada, se puede producir un hundimiento de su pared a la altura de la gola o zona que une el cuerpo de la vaina con su cuello, por lo que tendremos que desecharla.

El procedimiento de engrase de las vainas se realiza haciéndolas rodar con la mano por una almohadilla ligeramente impregnada en lubricante, de modo que queden engrasadas con una fina película.

 

Cabe añadir que existen dies de recalibrado hechos de materiales especiales (carburo de tungsteno) con los que no es necesario engrasar las vainas. Sin embargo, estos dies solo están disponibles para calibres poco potentes que usan vainas cortas.

En los demás casos, el engrase es necesario.

RECALIBRADO

Una vez engrasadas las vainas colocamos en la maquina el amarravainas y el die de recalibrado-desempistonado y comenzamos a recalibrar.

Si es la primera vez que hacemos esta operación, yo aconsejo que utilicemos bastante grasa porque todo lo que puede pasar es que se abollen las vainas por exceso de lubricante y tengamos que tirarlas.

Si esto sucede, iremos probando con menos grasa hasta que por fin logremos recalibrar una que quede perfecta, lo que nos dará una idea de cómo tenemos que engrasar las demás que, como comprobaremos, será con una película de lubricante tan fina que prácticamente no se nota.

MANIPULACIONES FINALES

Al mismo tiempo que recalibramos, también habremos desempistonado la vaina y habremos preparado (abocardado ligeramente) la boca de ésta para que acepte al proyectil.

Preparacion-de-vaina_vainas-listas

Vainas recalibradas y recortadas, listas para ser cebadas y cargadas, proceso que veremos en el próximo capítulo.

El siguiente paso es retirar con un paño totalmente los restos de lubricante que puedan tener porque si no lo hacemos se producirá una sobrepresión no deseable debido a que le lubricante limita la capacidad de la recámara.

A continuación se miden una a una la longitud total de las vainas con el calibre y se comprueba que éstas no sobrepasan la cota máxima que se indica en el manual y, en caso de que sea superior, se recortan con el trimmer, cuya cuchilla deja en el cuello de las vainas unas características rebabas que se eliminan utilizando el chafraneador o fresa de gollete.

Por último, con un limpiador para el alojamiento de los pistones, se limpia los residuos de combustión del oído de todas las vainas, para que, cuando posteriormente las carguemos, el pistón se posicione correctamente y todos queden engarzados con la misma presión, según procedimiento que veremos en el próximo capítulo. •

Juan Francisco París

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