Los organizadores nos habían citado a las 09:00 en el Hostal Fuentes de Labajos (SG), donde puntualmente fuimos apareciendo los monteros, se notaba el entusiasmo por comenzar la temporada, pues es la primera para casi todos.
Rafael González y Juan García, organizadores de este evento montero, nos iban recibiendo y saludando. Montones de caras conocidas, Clemente, María Palacios, Capilla, Manolo Sanchis, … etc.
Unos huevos con lomo y un café para coger fuerzas y empezamos el sorteo. ¡Qué suerte! Me correspondió el Puesto nº 8 de la Armada de Camino de las Viñas y me llenó de ilusión porque es la misma que me tocó el año pasado en la que tuve la suerte de tirar un buen cochino y la desdicha de mandar el proyectil contra una chaparrita de tres dedos de grosor…
Daban las 10:30 en las manecillas de mi reloj cuando Juan nos congregaba entorno suyo para darnos las instrucciones de seguridad y explicarnos los pormenores:
“Cazamos una mancha de seiscientas cincuenta hectáreas con setenta y siete puestos, incluidos los postores y solo se puede tirar sobre zorro y guarro. Once rehalas batirán la mancha la suelta será entre 12:00 y 12:30 y la duración de la montería sería de tres a tres horas y media.”
Las armadas se van preparando ordenadamente. En mi caso Martín nos guiaría hasta nuestras posturas. Nuestra armada sería la segunda en salir, lo que ayudaba atemperar nuestras emociones. En menos de media hora estaba armado todo el Monte.
Una vez listo en el puesto observo como a unos kilómetros del puesto al Oeste de la mancha se detienen los vehículos y suena la dulce melodía de las caracolas, sabor a montería puro! Que gozada! Y son ya las 12:17 en mi reloj. EMPIEZA LA MONTERÍA.
Las ladras se intensifican y empieza el tiroteo, la sangre va adquiriendo velocidad por mis venas, el corazón se acelera, por delante veo movimiento al trasluz, a unos cien metros más allá de la valla, me encaro, espero en un claro que deja el monte a ciento cuarenta metros, el corazón ya no palpita va tan rápido que parece un motor de un coche en el pecho, ha cogido inercia. Me cuesta llenar los pulmones de aire para bajar las pulsaciones… y salen! Uff son perros!!! Me cago en todo!, venían calladitos y eran oscuros, tres ni mas ni menos que me habían provocado el primer lance de la mañana… ufff .
El tiroteo era incesante, y a la 13:00, solo media hora larga de montería, y había contado treinta y siete detonaciones. De pronto un tiro cercano por mi derecha me pone alerta, ha sido el puesto del al lado! El 7 ha tirado, inmediatamente veo al cochino que ha burlado la bala del compañero, le sacudo con el 9,3×62, pero ni tocarlo, acerrojo y le sigo valla arriba metido en el visor, va buscando la gatera, y según la cruza ZACABUM! Le tiro un segundo disparo, y no le veo salir. Yo creo que me he quedado con el.
A los escasos diez minutos una ladra que se aproxima, es fuerte, esa lleva cochino, suena por mi espalda, a la derecha. Allí viene el cochino, a toda pastilla en dirección al puesto, le dejo cumplir y en breves segundos aparece cruzando el camino a unos quince metros de mi, dejo que cruce el camino hacia la valla y PUMMMM… Tremenda voltereta da el animal!!. Ufff vaya veinte minutos de intensidad con dos lances y, aparentemente, dos cochinos muertos.
Sigue el tiroteo, ahora más por mi izquierda y expectante me pongo en posición de guardia, pero los tiros se van alejando, lo que me llevó a pensar que el cochino siguió su carrera hacia los puestos 11, 12, …
A eso de las 14:00 y la cosa se fue calmando ostensiblemente, no se escuchaban ladras, más que de vez en cuando y no con demasiada intensidad. Es normal el calor, el reseco del terreno y la escasa forma de los perros a estas alturas de la temporada van haciendo mella y los perros ya buscan las sombras de las chaparras y las charcas que la organización mantiene con agua todo el verano para la caza y para que se puedan refrescar los perros de las rehalas. Pero aun queda una hora de montería, y aún hay esperanzas de ampliar el plantel. De hecho muchas de las posturas tuvieron su oportunidad en la última hora de montería.
Suenan las caracolas de recogida, son las 15:25, es hora de salir a marcar los cochinos, primero bajo a ver si me he quedado con el primero de los dos que tiré, es una hembra , que saco al camino, marco y a ver el segundo que nunca pierdo de vista y que tengo a unos metros del puesto. Se trata de un machete que no tiene boca. No se puede tener todo!
De recogida vamos viendo los logros de los compañeros de armada, hasta once y un par de buenas bocas se cobraron en la armada, un buen resultado, no cabe duda.
El reencuentro con los amigos y los comentarios de los lances vividos. De los cinco que fuimos juntos, todos tiramos. Gonzalo tiró y fallo, Capilla mató otro primalete de treinta kilos, Alberto una zorra preciosa y solo Felipe, no tuvo la suerte de tirar. Quiero destacar amiga María Palacios, que ya no es nueva en esto, ya es una MONTERA con todas las letras, aunque ayer le faltara suerte para quedarse con un cochino.
Pude contar un total de ciento treinta y cuatro detonaciones, que dan un resultado de veintisiete cochinos en el plantel, con cinco bocas. En la mañana siguiente se cobraron otros 4 cochinos que pinchados habían ido a morir a lo más espeso del monte.
Un buen resultado para esta tempranera montería en abierto que organizan con maestría Rafa, Juan, y sus chicos, Jesús, Félix, Álvaro, David y Martín, entre otros. Gracias a todos por proporcionarnos la oportunidad de vivir un buen día de montería con vosotros. Hasta la próxima!!!!.
Labajos volvió a cumplir y ya es un clásico en el calendario montero. Sin duda volveremos al año que viene.
Datos de la montería: