El Pachón Navarro es un perro de muestra continental clásico, polivalente, de gran afición e inteligencia. Cobrador innato, apenas es necesario una etapa breve de entrenamiento para conseguir cobros “de sombrero”, a pelo y a pluma. Sus principales aptitudes son las de un perro de muestra integral, de búsqueda segura, que caza debajo de la escopeta, en cualquier terreno y cualquier tipo de caza. Su utilización tradicional se centra en la caza de la perdiz roja española al salto, también la caza de la codorniz, de la liebre en monte bajo y del conejo en cualquier terreno. Es un cobrador nato y sus facultades le convierten en un recuperador eficaz de piezas heridas. Los planes de selección de la raza procuran conservar sus aptitudes de rastro, indispensables para el cobro de perdices aliquebradas y piezas de pelo heridas.
MARCHA EN LA CAZA: El Pachón Navarro es un trotador estricto, de marcha vivaz, de progresión horizontal, con ritmo alegre y constante. La cabeza y el cuello componen una línea horizontal, que bascula con arreglo a las necesidades de la caza, elevándola para ventear o bajando el hocico hasta el suelo para rastrear. El movimiento y el andar del perro, dependerán del terreno a batir; en terreno abierto, sin obstáculos, progresa con más rapidez, paso más ligero y pujante, sin abandonar el trote, aunque sea más largo. El tranco del perro en movimiento debe ser armónico, con brazadas elásticas, rápidas y extensas. La cola llevada en horizontal generalmente o ligeramente elevada o ligeramente caída, alegre, señala la presencia reciente de caza, el ‘caliente’, con más movimiento.
ESTILO DE BUSQUEDA: El navarro es un perro de muestra especialista en terrenos abruptos. Valiente para la maleza, trabajador, metódico, minucioso, activo y alegre en el cazar. Aprende fácilmente y caza de la generalmente cerca escopeta. El navarro es un todo-terreno, trotador, vigoroso, resistente, capaz de tomar vientos en el terreno despejado y escudriñar en lo difícil de la vegetación o el monte bajo, adaptándose a las necesidades del terreno, a la pieza de caza, a la posición y la distancia del cazador. En los terrenos quebrados la distancia de caza es una necesidad.
La expresión de “caza inteligente” que desarrolla el Pachón Navarro comporta una caza coordinada y que adapta el comportamiento del perro al cazadero, la dirección del viento, la vegetación, la orografía, a la pieza de que se trate, la posición y la distancia del cazador etc. La “inteligencia” del Pachón cazando le hace entender que no caza sólo, sino con el cazador, en contraposición a la selección por “instintos” de razas modernas. El cazar cerca de la escopeta es producto de la comprensión de que se caza en equipo y esto lo va asimilando el Pachón a medida que va teniendo experiencia en la caza. Debido a su naturaleza más cooperadora y a una selección ancestral en esa dirección, el Pachón aprende más rápidamente a cazar para y con el cazador que las razas de muestra seleccionadas en field trials, donde se ha establecido una selección por puro instinto y obediencia.
El Pachón combina sus aptitudes de vientos con su capacidad de rastro, alternando breves rastreos con la nariz en el suelo con toma de aires por arriba, cuando el viento y el terreno lo aconsejan. La búsqueda del navarro es siempre vigorosa, tanto en los ejemplares más pesados como en los más menudos. El perro tranquilón en casa o en el chenil se transforma en un perro ávido de caza y activo en el campo. En la búsqueda de rastros puede trabajar con independencia de la dirección del viento, alertando al cazador de las pistas de la caza: pegándose al suelo tras el peón de las perdices, multiplicando sus diligencias y el movimiento de la cola sobre el rastro; escudriñando el rastro del conejo o adivinando los movimientos recientes de la liebre. Como perro ventor, el navarro afloja su andar, ante la presencia de la pieza, levanta la cabeza hasta superar la línea dorsal y comienza sus movimientos más lineales. El pachón trabaja duro en monte cerrado, rompe el monte bajo, esparteras y vegetación arbustiva, incluso entra en zarzas cuando se le acostumbra. El Navarro evidencia una tranquila combinación de búsqueda con decisión de la caza, codicia sobre el terreno y atención a la escopeta.
El navarro es un perro trabajador, laborioso y aficionado, debe ser un trotador estricto, alegre, fornido, serio, fiable, sin muestras falsas, controlable en las asomadas, con poco sabe guardar la distancia de caza y generalmente caza pendiente del cazador que la respeta. No hace ascos a maleza o broza, cuando se pica al pelo trabaja los espesares de manera inesperada, con instinto perseguidor. Su muestra no es tan espectacular como la de otras razas más modernas, aunque cumple por alto con ese objetivo que es parar en firme y guiar para facilitar el tiro.
LA MUESTRA: La muestra en el Navarro es innata y se produce como un reflejo al acercamiento a la pieza siguiendo sus efluvios olfativos. La parada es vibrante y con frecuencia los ojos del perro están pendientes también del cazador. La cabeza elevada en primer término, cola extendida, cuerpo y músculos en tensión. La muestra del pachón tiene una proyección bien horizontal, el cuerpo se alarga y flexiona levemente las extremidades, como si la silueta del perro apuntase a la pieza apostada. La cola debe continuar rígida sin moverse. Generalmente, la parada es precedida por la toma de efluvios a rastro o a viento, lenta, prudente, consiste el la toma de vientos a distancia larga y culmina finalmente con la parada cerca de la pieza. A veces, el navarro para por un “latigazo”, una emanación imprevista, un golpe de viento fulminante ante la proximidad de la pieza, pero esta reacción no es frecuente.
El perro que percibe la proximidad de la pieza, puede llegar a parar estatuariamente o más frecuentemente inicia una “guía” sobre la progresión de la pieza, con los miembros flexionados, toda la atención sobre la pieza… La guía en el navarro es tan importante como la propia muestra, pues el objetivo último es alertar al cazador y conseguir el levante de la pieza a tiro. Combinando, vientos, rastro y vista, como acción de acercamiento para evitar interrumpir el contacto del perro con las emanaciones de la presa.
Con frecuencia, el navarro manifiesta dotes de perro de parada a patrón respetando espectacularmente las muestras de otros perros. El patrón en el navarro es más firme en tanto llegue al perro efluvio de la caza. Practican el patrón sobre piezas de pluma y pelo.
TRAER Y COBRAR: Portar objetos es innato ya en los cachorros del Pachón Navarro, es como una costumbre natural que ya practica precozmente desde su primera edad. El navarro lo trae todo, desde liebre a codorniz, es un buen recuperador y los planes de selección de la raza procuran conservar sus aptitudes de rastro, indispensables para el cobro de perdices aliquebradas y pelo herido. E s frecuente que un navarro cazado pistee una pieza herida durante varios minutos hasta cobrarla o regresar a la compañía del dueño si no le acompaña en su tarea. Trae bien, directamente y siempre con boca blanda, cualquier pieza. En las pruebas de trabajo no debe mascullar la pieza. La entrega de la pieza será en mano, incluidas las piezas de mayor tamaño como la liebre.
ADIESTRAMIENTO Y CARÁCTER PARA CAZAR: El pachón es un perro dócil, dominable y es fácil de entrenar, así que no hay que ser extremadamente rígidos ni excederse en la disciplina de los cachorros, porque el perro pachón aprende por naturaleza, a diferencia de las imparables razas modernas de la competición cinegética. Es un perro de un solo dueño, manso, tranquilo, de espíritu noble, rústico y abnegado. Las hembras son invariablemente precoces y algunos machos también se inician muy pronto en la caza. Tolera bien otros perros en la familia, no es pendenciero, aunque defiende lo que es suyo y pelea, si hace falta, por la comida o por las piezas de caza. El perro pachón navarro es un perro para cazadores, pacífico en casa y dócil en su perrera o ámbito cotidiano, parece transformarse cuando sale al campo. Es entonces cuando debe mostrarse vivaz, atento a las incidencias en la caza, activo, trabajador y alegre, siempre por delante.
En la caza demuestra su capacidad de colaboración con otros perros, aunque la propia afición le provoque alargarse demasiado ansiosamente en presencia de otros perros. Igualmente debe mantener sus características de boca blanda y distancia de caza aunque comparta la mano con otros perros afines.
DEFECTOS EN EL TRABAJO:
Privan de la calificación de excelente en pruebas raciales de caza:
Abandono frecuente del trote en la marcha.
Muestra no fija por completo.
Falta de iniciativa en la búsqueda .
Escasa o deficiente atención al conductor.
Cobros incompletos de piezas heridas .
Escaso trabajo en el monte bajo y la espesura del terreno.
Boca dura en exceso.
Privan de la calificación de bueno en pruebas raciales de caza:
Galope continuado en la marcha.
Ausencia de muestra.
Distancia desproporcionada a la escopeta.
Falta de atención al conductor.
Falta de obediencia.
Boca dura que perfore o destroce las piezas.