La Asociación de Rehalas Regionales Caza y Libertad (ARRECAL) ha pedido al Gobierno de Castilla-La Mancha que elimine la esterilización de las rehalas deportivas prevista en el Anteproyecto de Ley de Bienestar Animal, Protección y Defensa de los Animales de esa comunidad autónoma.
Una norma que está marcada por permanecer ajena a la realidad del mundo rural y por la influencia del animalismo más radical. Tanto es así que de salir adelante en sus actuales términos causaría enormes perjuicios en el sector cinegético y en el conjunto del mundo rural. Para ARRECAL, deberían excluirse del ámbito de aplicación de la ley los animales utilizados o relacionados con la actividad cinegética.
En el escrito de alegaciones presentado por ARRECAL y remitido al consejero autonómico de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, la entidad rechaza el artículo que señala que “las perreras deportivas, jaurías o rehalas que no realicen cría de animales deberán esterilizar a los animales”.
Para ARRECAL es imprescindible eliminar una medida que conllevaría la desaparición de las rehalas y, por tanto, de las modalidades principales de la caza mayor y de caza menor con perro.
Una medida que, además, no atiende a las características históricas de las rehalas ni a las propias características de los procesos de esterilización, que son irreversibles y presentan un riego quirúrgico y anestésico elevado. Por si todo esto fuera poco, se trata de una obligación que no tendría precedentes en España.
Otro de los apartados más polémicos es el de las intervenciones de carácter funcional, que a juicio de ARRECAL deben permitirse como excepción en determinadas razas para prevenir futuras lesiones y sufrimientos innecesarios para los animales.
Un apartado especialmente llamativo es el que el proyecto normativo dedica al papel de las entidades animalistas, a las que se designa como “instrumentos básicos en el desarrollo de las tareas de divulgación e información de esta Ley”.
Lo mismo sucede cuando se les considera parte fundamental de las actividades formativas que prevé la norma. Lo cierto es que debe evitarse que las “actividades formativas” se conviertan en jornadas de catequesis animalista, ya que estas acciones no pueden ser la vía para introducir sistemáticamente en la sociedad el credo animalista de la humanización animal.
También se opone frontalmente ARRECAL al estatus que se les da a estas organizaciones protectoras de animales como entidades colaboradoras con los agentes de la autoridad, lo que en la práctica crearía una especie de servicio de espionaje o de delación y denuncia a otros ciudadanos.
Y es que uno de los problemas de fondo de esta Ley es que contempla a los animales únicamente desde la óptica del animalismo, elevando los derechos de un perro o un hurón a la categoría de pseudohumano y complicando el problema de su gestión, sin considerar el interés de las personas y la necesidad de evitar, por ejemplo, las colonias de gatos o los perros errantes que terminan devorando y molestando a especies silvestres, atacando al ganado doméstico, a otros perros de compañía e incluso a la población.
En sus alegaciones, ARRECAL también ha pedido que no se aumenten las obligaciones burocráticas de los núcleos zoológicos y las rehalas, así como que no se aumenten la inseguridad jurídica y la confusión en la aplicación de la norma por la pluralidad de definiciones de animales de compañía. El proyecto incluye también nuevas trabajas burocráticas a todas las actividades deportivas de caza que incluyen perros.