La Federación Extremeña de Caza ha presentado hoy la cuarta edición del ‘Informe sobre la situación de la Caza en Extremadura’, un documento que confirma, un año más, la crisis de la caza menor y la expansión de la caza mayor.
Según ha explicado el presidente de FEDEXCAZA, José María Gallardo, este informe cuenta con la colaboración de Mutuasport y de la Junta de Extremadura y cuenta con la implicación de todo el equipo técnico de la Federación Extremeña de Caza, bajo la dirección del vicepresidente de la entidad, Manuel Gallardo.
Para Gallardo “en la era de la economía intangible, de la economía del conocimiento, generar datos y profundizar en la investigación se vuelve más necesario que nunca”. De hecho, ha apuntado, “este informe constituirá un pilar fundamental para el futuro plan estratégico del sector, en el que la Junta está trabajando”. Y es que “esos datos son los que luego deben servir de base para la toma de decisiones”. Como ejemplo, “el aumento de las capturas y población de jabalí aquí reflejadas, cada vez más habituales en zonas de nueva colonización, hacen más necesaria que nunca la regulación de nuevas oportunidades y modalidades, como la caza del jabalí al salto”.
El presidente de la Federación ha lamentado que “se sigue sin reaccionar ante la situación crítica de la fauna menor, del conejo y de la liebre, que se arrastra desde hace ya demasiados años”, y citó dos datos concretos: En la temporada analizara (2018/2019) se abatieron más ciervos que conejos, en una descompensación que aumenta cada año, mientras que en Badajoz se cobra prácticamente el mismo número de zorros que de conejos. “La situación es muy preocupante y requiere de medidas excepcionales”, ha apostillado.
Por su parte, el director del informe, Manuel Gallardo, ha puesto de relieve las novedades del informe, como son el artículo científico sobre “Paisajes de Caza Mayor y Despoblación” y el texto sobre caza menor y agricultura.
DATOS ESTADÍSTICOS
Además, Manuel Gallardo ha desgranado algunos de los datos que incluye el documento. Así, en cuanto a la evolución de los espacios de caza, en Extremadura hay 3.308 cotos, de los 591 son sociales, 834 de caza mayor y 1.883 de caza menor. A pesar de ser inferiores en número, el 49% del territorio en cotos de caza corresponde a cotos sociales.
Destaca el aumento de los cotos de caza mayor (34 más en un año) y una importante disminución de los cotos privados de caza menor, (44 menos), “algo que puede ser debido al aumento de caza mayor y la evidente escasez de la menor”.
Si hablamos de los datos de capturas, “que nos permiten hacer una aproximación a la evolución de las especies cinegéticas en Extremadura”, en el caso de la caza mayor, en la provincia de Badajoz, tras dos temporadas en las que había aumentado el número de capturas de jabalí, en la 2018/19 se rompe la tendencia y se produce una disminución. A pesar de todo en términos globales continúan aumentando las capturas de jabalíes en Extremadura.
Y por primera vez en el periodo estudiado han bajado las capturas de ciervo con un descenso del 4,34% respecto al año anterior, “dato del que haremos seguimiento en posteriores informes para ver si es un descenso puntual”. Aun así hay que tener en cuenta que es el segundo dato de capturas más importante desde 2013.
Desde 2013 las capturas de jabalí aumentan un 37% y las de ciervo un 28%, “lo que nos muestra que se trata de especies en expansión y sobre las que es imprescindible mantener e incluso aumentar los controles poblacionales”.
Lo contrario ocurre con las especies de caza menor, que siguen sin mejorar en términos generales. Sí que aumentan de nuevo las capturas de codorniz, y también parece que se ha logrado frenar el descenso de la tórtola.
“La situación de la liebre podría considerarse catastrófica ya que no deja de disminuir el número de liebres cazadas tanto en Cáceres como en Badajoz, siendo esta última la más afectada, con un descenso del 24,94% en los animales cazados en la temporada 2018/19, con respecto a la anterior”. En Extremadura las capturas de liebre han bajado más de un 47% en cinco años.
“Y si hablamos del conejo solo se puede hablar desde la más absoluta preocupación, agudizándose su crisis año tras año, aunque este año vemos un ligero aumento que no compensa para nada su situación dramática, con un descenso del 37% desde la temporada 2013/2014”.
En cuanto a las acciones de caza mayor, el año pasado hubo 1.724 entre monterías y ganchos (hubo 1.459) y batidas de jabalí (265). Es la cifra más alta de la serie, con 60 más que el año anterior.
Por otro lado, se han analizado los datos sobre los ingresos que la caza genera de forma directa a las arcas de la comunidad. En total son 6 millones de euros entre impuesto de aprovechamiento cinegético, tasas por licencias y tasas por acciones cinegéticas.
También es destacable el valor de la carne de caza en Extremadura, un sector en el que Extremadura es una potencia nacional. A pesar del descenso general de los precios de la carne de caza mayor, muy vinculada al mercado internacional, la carne de caza alcanzó un valor de 6,6 millones de euros, con un descenso de casi el 19% “que hace imprescindible una estrategia que apueste por el consumo nacional de este tipo de carnes”.