El último borrador del Plan de Control de Ungulados elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) advierte que «numerosos ecosistemas del Parque Nacional de Cabañeros, que sustentan generalmente hábitats de interés comunitario, no tienen garantizada su persistencia o sostenibilidad a corto y medio plazo». Así ha informado la Plataforma de Afectados por Parques Nacionales al referirse a la situación actual en este entorno que arrastra desde finales de 2022 la prohibición de la caza dentro de los límites de los 16 parques nacionales españoles, veto que pone «en riesgo el equilibrio y el futuro del propio espacio natural».
La plataforma explica que el informe del Miteco refleja «una tendencia de degradación que debe ser interrumpida mediante la disminución de la densidad de ungulados, propiciando así la evolución hacia formaciones más maduras y estables». En febrero de este año, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha quería obligar a que se abatiesen miles de ungulados en las fincas del parque nacional sin haber alcanzado un acuerdo previo con los propietarios de las mismas, que se negaron a ello.
La sobrepoblación de ungulados favorece la transmisión de enfermedades y degrada la vegetación. Con relación a las enfermedades que pueden transmitir ciervos y jabalíes, el informe advierte de que determinadas zoonosis pueden afectar al ser humano y que algunas enfermedades «tienen un tremendo impacto en la salud pública, la economía, la gestión de la vida silvestre y su conservación». En cuanto a la repercusión sobre la vegetación, el informe explica que «la sobreabundancia disminuye la calidad de la alimentación y con ello la viabilidad de sacar adelante a los recién nacidos. Llegado al extremo, la deficiente alimentación también es precursora de una mayor exposición a las enfermedades».
El plan de gestión del Miteco reconoce ahora, informa la plataforma, que «la disminución de herbívoros propiciaría las condiciones para lograr que los hábitats de interés comunitario alcancen un estado de conservación favorable». Por ello, añaden los propietarios, el informe del ministerio «tiene claro que los controles cinegéticos son imprescindibles para que las poblaciones se reduzcan de manera eficaz, puesto que el resto de alternativas son más ineficientes, más costosas económicamente, menos éticas (provocan más sufrimiento a los animales)». De ahí se derivaría «el intento reciente de lanzar un plan de caza» que no se realizó por carecer de viabilidad técnica y económica.
Los propietarios afectados de parques nacionales informan que ya son visibles los efectos de la sobrepoblación en Cabañeros, con zonas de alto valor ecológico que han quedado sin vegetación. «Una situación —añaden—, que irá a peor en los próximos meses si la Administración sigue sin alcanzar un acuerdo con las fincas privadas y si se continúa diseñando un plan de control que no normalice la imprescindible gestión cinegética».
La prohibición de la caza podría causar crecimientos en la población de de entre el 25% y el 30% en ciervos, algo superiores en gamos y muflones y de más del 50% en los jabalíes.