Hay otro virus, que no es el SARS-CoV-2, que lleva con nosotros más tiempo del que pensamos y que se está expandiendo por la península ibérica a lomos de ciervos, jabalíes y corzos. Han confirmado su presencia en Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Andalucía y Extremadura después de analizar 12.000 garrapatas, su vector de contagio. «El virus debe de llevar con nosotros tiempo y seguramente haya causado más casos. Incluidos algunos graves. Antes no sabíamos que estaba aquí, no había sospecha clínica», afirma María Paz Sánchez-Seco, responsable del Laboratorio de Arbovirus en el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III. Hablamos de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.
El virus de Crimea-Congo es parecido al ébola y hasta hace poco se consideraba una enfermedad exótica en España. Aunque el primer afectado surge en 2016, los investigadores piensan que este virus ya campeaba por nuestro país desde 2013. Sánchez-Seco explica que no es que ahora haya experimentado una rápida expansión, sino que no se había detectado durante sus distribución por el territorio nacional.
A pesar de su amplia expansión y el posible riesgo que supone, «al 80% de las personas que se infectan no les hace nada», afirma el investigador del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) Francisco Ruiz-Fons. No obstante, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se considera a la fiebre de Crimea-Congo como una de las enfermedades infecciosas emergentes más importantes, cuyos síntomas son fiebre, mareos, náuseas, vómitos, taquicardia y hemorragias. Tiene una tasa de mortalidad de aproximadamente el 30%.
El estudio que ha coordinado Sánchez-Seco confirma la presencia del virus en las cinco comunidades mencionadas, con la posibilidad de sumar a ellas Murcia, en la que se han recogido garrapatas sin resultados positivos, pero en donde no se descarta la presencia de la Crimea-Congo. Las garrapatas son los vectores de esta fiebre hemorrágica, pero son los ungulados silvestres, como los ciervos, corzos y jabalíes, además de cabras y otro ganado doméstico, los que distribuyen el virus por la península. Ruiz-Fons concluyó tras un estudio realizado que las personas tienen mayor probabilidad de contagio en la zona suroeste peninsular: Cáceres, Badajoz, Córdoba, Sevilla, Huelva y Cádiz.
Ante la posibilidad de que este tipo de virus mute y pueda ser más agresivo, los expertos advierten que hay que tomar medidas de prevención como no tumbarse en el campo o llevar calzado y ropa inadecuada. Lo más aconsejable es salir al campo con «botas, pantalón largo y dejar pocas zonas expuestas», recomienda Sánchez-Seco. Es muy conveniente revisar en casa si tenemos alguna garrapata enganchada y, siendo así, tras quitarla adecuadamente mediante pinzas y desinfectando la zona, la conservaremos por si surge la fiebre para que puedan analizarla.
Informa ABC