Casi 500 armas pondrán colofón a las subastas públicas de armas en la provincia de Cáceres. Se trata de las últimas escopetas, rifles o armas cortas requisadas o recogidas a particulares, y no recuperadas, que se subastarán el próximo 21 de febrero en la Comandancia de la Guardia Civil de su capital. Desde la entrada en vigor del Real Decreto 726/2020, por el que se modifica el Reglamento de Armas de 1993, se impide recoger armas particulares para subasta. El presidente de la Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza), José María Gallardo, apunta otra razón: «Eran como una especie de tradición pero, la verdad, no atraían a mucha gente, sobre todo a cazadores que pretendieran comprar armas buenas y a buen precio».
Durante esta semana, hasta el viernes 18 y de 9:30 a 13 horas, los interesados podrán ver las 376 escopetas, 12 rifles, 30 carabinas, 31 pistolas, 19 revólveres, 4 armas de aire comprimido, 1 ballesta y 1 arma de inyección anestésica que se exponen en las dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil de Cáceres. Será el próximo 21 cuando se realice la subasta a pliego cerrado adjudicándose cada uno de los lotes a la puja de mayor cuantía. La apertura de sobres estará abierta al público, pero adoptando las limitaciones de aforo que exige la pandemia.
Para el presidente de Fedexcaza, el interés de estas subastas ha decrecido porque usualmente se exponían «armas viejas con alguna tara o defecto» y porque ya existe un mercado de segunda mano e «incluso primeras marcas muy atractivas a buen precio».
Para realizar ofertas por uno o varios lotes, los interesados deberán cumplimentar los impresos oficiales, presentando su DNI y licencia de armas en vigor, que serán admitidos hasta las 13 horas del 18 de febrero. Después habrán de ingresar una fianza por cada puja realizada. Todos aquellos lotes que no se adjudiquen en esta edición de oferta pública de armas serán destruidos. «La inmensa mayoría del armamento que se subastaba se quedaba ya sin comprador e iba directo a la fundición, para destruirse», aclara Gallardo.
A partir de ahora, aquellas armas que lleguen a las Intervenciones de Armas del país y no sean recuperadas pasarán al proceso reglamentario de destrucción, con excepción de aquellas que sean consideradas como patrimonio histórico, que sí saldrán a oferta pública.