La carne de caza cumple las recomendaciones lanzadas por Naciones Unidas para luchar contra el cambio climático por su carácter natural y sostenible. En concreto, el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de Naciones Unidas ha propuesto un cambio en la dieta humana en el que la carne que se consuma debe estar asociada a sistemas productivos “resilientes, sustentables y bajos en emisiones de gases de efecto invernadero”.
En este sentido, la Asociación Interprofesional de la Carne de Caza (Asiccaza) destaca que la carne silvestre encaja perfectamente en esta recomendación de la ONU por sus características singulares contando con animales que se alimentan de forma natural y que, por lo tanto, provocan un escaso impacto en el medio. A esto se suma que es un producto libre de residuos de fármacos y que tiene propiedades saludables.
Asiccaza recuerda que la carne de caza silvestre es un producto único, 100% natural por su proceso de producción en extensivo y con unas condiciones de bienestar animal inigualables, en total libertad, que fomenta el desarrollo rural de las zonas más desfavorecidas y favorece la biodiversidad animal. Así, los animales que se consumen han tenido la mejor calidad de vida, expresando formas innatas de comportamiento y alimentándose de manera natural de lo que ofrece el campo destacando las hierbas silvestres y frutos del bosque como las bellotas.
Dentro de esta lucha por la sostenibilidad y contra el cambio climático muchas especies de caza son también esenciales en la batalla contra los incendios forestales, ya que buena parte de su dieta se basa en el combustible vegetal que aporta la propia naturaleza.
Por último, hay que tener en cuenta las propiedades saludables que tiene la carne de caza para el ser humano, recientemente avaladas por un estudio científico que señalaba que la carne de ciervo ofrece un alto contenido de proteínas, de zinc y de vitamina B12, un bajo contenido de grasa y de sodio/sal y es, además, fuente de fósforo, hierro y cobre, y de vitaminas B2 y B3.
Estamos, por tanto, ante un sector equilibrado y un producto –la carne de caza silvestre- especialmente respetuoso con el entorno y que se adapta perfectamente a las recomendaciones de Naciones Unidas.