Vidal ha estado toda una vida vinculado a la observación de la naturaleza y la fauna, dentro del mundo federativo donde lleva 50 años. Actualmente es el presidente de la representación tarraconense de la Federación Catalana de Caza.
«Vivimos un momento de mala prensa a la actividad de la caza. Estamos perdiendo los orígenes, porque gracias al hecho de que el hombre comió carne estamos hoy día aquí, sino todavía iríamos de rama en rama».
«El consumo de carne fue el que desarrolló completamente nuestro cerebro homínido, tenemos que ser conscientes de que somos una especie cazadora. Parece que ahora queremos volver atrás, pero ya no hay árboles para todos (ríe) porque los queman o no los cuidamos».
«Porque hay mucho desconocimiento. La actividad de la caza es cultura, biodiversidad, ciencia y biología. Los Mossos d’Esquadra han identificado 540 accidentes de tráfico con animales en Tarragona. Eso pasa porque cada vez hay menos cazadores y más animales de manera descontrolada».
«La clase política es quien no se atreve a explicar esta realidad. Yo he conocido cinco gobiernos de colores diferentes, ninguno de ellos ha tenido la valentía de hablar sobre la caza. Este mundo y el de la pesca han desaparecido de los medios de comunicación, parece que son palabras que están escondidas, sólo se publican las malas noticias. Hay países de Europa donde la caza se explica incluso en las escuelas, pero aquí hemos decidido quedarnos con el estereotipo de qué ‘matamos’, pero hay muchos más valores más allá de eso».
«Hace poco participé en unas jornadas de carne de caza y debatíamos porque hay muchas de estas proteínas que se están tirando. Muchos de nosotros cazamos porque nos obligan, pero tenemos mucho excedente que tenemos que tirar porque nos han ampliado las vedas».
«El problema que tiene esta carne es que se tiene que elaborar. Tú pasas por un supermercado y compras una hamburguesa ya procesada y puedes cocinarla mientras haces una ensalada. La carne de caza se tiene que elaborar más, un jabalí lo tiene que abrir alguien, retirar las vísceras siguiendo una reglamentación, tiene que pasar por analíticas de veterinarios. Incluso después de todos estos pasos, una pieza de jabalí requiere un rato de cocina».
«En las casas se han perdido las abuelas y las madres que podían dedicar todo el tiempo a tratar los animales de caza. Se necesita un tiempo que ya no se tiene y este producto se pierde».
«Por suerte le estamos encontrando salida a los comedores sociales, es una carne de primera que cuando la podemos limpiar y hacer las analíticas correspondientes podemos llevar ocho o diez kilos a entidades así. Claro eso es una gran noticia para ellos, y ahora están mirando reducir el consumo de pollo y gallina a fin de que ganen peso estas proteínas».
«Falta mucha proyección. Tendríamos que tener platos de jabalí o ciervo en el bar de cada esquina, pero lo que encontramos son patatas bravas, calamares a la andaluza y pulpo. Se han perdido costumbres».
«Habrá todo un mes dedicado a la carne de caza. Lo queremos potenciar y hacer entender que es un producto bueno, saludable y económico».
«Aquí tenemos presencia de corzo, un animal que hace mucho daño a la viña y también el jabalí que lo afecta todo. Tenemos una incidencia importante con los conejos, son animales que llevan cuatro enfermedades peligrosas. Pero seguramente el animal más numeroso y peligroso por los cultivos es la paloma torcaz. Esta es un ave migratoria que con el cambio climático tiene buen tiempo y comida aquí todo el año».
«Ha cambiado muchísimo, hay plantaciones tropicales que ya no necesitan invernaderos. A la fauna también se le hace presente este cambio, tenemos aves endémicas de las Canarias que han llegado a la península, también lo hemos visto con los peces, llegan los tiburones. Yo he estudiado mucho las aves y es evidente el cambio en su comportamiento, se trasladan de un lugar al otro y varían el tiempo de migraciones».
¿Eso ha afectado a su alimentación?
«Efectivamente, se puede ver en la paloma torcaz. Este pájaro es un devorador de bróculi, col y escarola, come absolutamente de todo. Si su comportamiento migratorio cambia, tendrá acceso a otros cultivos que también los puede afectar. Es por eso que nos han pedido reducir la población de este animal».
Fuente: www.diarimes.com