El Imperio del Frío, nuevo libro de Alberto Nuñez Seoane

El frío obliga. La vida que conocemos no es posible cuando el frío se acerca a sus plenitudes. Somos animales de sangre caliente, el funcionamiento sano de nuestro organismo nos permite conservar una temperatura corporal que nos ayuda a seguir funcionando con los parámetros necesarios para que la vida continúe siendo factible.

Los humanos no somos capaces de soportar temperaturas muy bajas y continuadas, bajo ellas las funciones vitales que nos mantienen no pueden desarrollarse del modo en el que la evolución, que nos ha traído hasta donde estamos, hace posible permanecer en el mundo de los seres vivos que, por seguir viviendo, continúan optando al futuro.

El frío te puede “caer” encima, lo puedes buscar, o simplemente te lo encuentras, porque lo tienes que soportar para estar donde quieres estar. Puede que la temperatura bajo cero en la que tiritas sea la misma, pero puede no ser igual el frío que atenaza tu cuerpo, no lo es puesto que no es la misma circunstancia la que te ha llevado a su encuentro.

 

 

Los viajes de este libro

En este viaje de caza y sentimiento, al que les invito a acompañarme, nos moveremos primero hasta las tierras que tuvieron por capital a la gran Bizancio, que luego sería Constantinopla y hoy brilla, a la sombra de “Hagia Sofía” y la Mezquita Azul, con el nombre de Estambul: la hermosa y agreste Turquía, tierra de Historia con una historia apasionante.

Las tres cacerías que, de estas tierras, les voy a narrar, las llevé a cabo al norte una, cerca de la frontera con Georgia; otra al sur, en los montes Taurus, en Cilicia; y la última en la frontera con Siria, al este del país; todas ellas en la parte asiática de la que es hoy la moderna República de Turquía, fundada en 1923, tras derrumbarse el Imperio Otomano, por el irrepetible Mustafá Kemal Atatürk, padre del estado laico que conocemos hoy, y también su primer presidente. Honor a él.

De la tierra patria del que fue mi buen compañero y mejor amigo, Ekö, marcharemos a la que es la isla más grande del planeta: Groenlandia, allá por el frío Atlántico norte, cazando, sobre impresionantes glaciares y colinas heladas, desde la pequeña aldea de Kangerlussuaaq hacia el interior de las tierras en las que habitan los Kalaallit.

Continuamos en la vieja Europa, subiremos a los Alpes Orientales, en tierras de Austria, para ir tras un curioso y también peludo animal, introducido en estas latitudes desde las lejanas y casi inalcanzables cumbres del Himalaya: el tahr, que lleva por apellido el de las alturas de las que procede: “del Himalaya”.
En busca de horizontes nuevos, volveremos a cruzar la mar océana, aquella que por primera vez en la Historia navegaron tres carabelas españolas: la Santa María, La Pinta y La Niña, con muchos valientes a bordo y un capitán al mando. Tuvo que ser la que llaman “Tierra de María Santísima”, España y no otra, la que pariría tan bravos corazones y en la que verían la primera luz espíritus tan aventureros: ¡Honor, también, a ellos!
Cruzaremos el Círculo Polar Ártico y tomaremos tierra, en este caso nieve, en la gélida isla de Southampton, un territorio con una superficie equivalente a la que tiene Suiza, o lo que es casi lo mismo: tres veces la de mi muy querida y hermosa Asturias. Allá en el lejano e inhóspito mar de Bering a 63º 37’ 11’’ de latitud Norte y 86º 43’ 09’’ de longitud Oeste, viviremos una de las aventuras cinegéticas que marcaron mi experiencia.

Volveremos a tierras del viejo y ya gastado continente, muy cerca de donde su corazón geográfico late: los Alpes Julianos, en la coqueta y recogida República de Eslovenia, un precioso país de gentes amables, con casi el setenta por ciento de su superficie cubierta de naturaleza muy bien preservada y con espectacular y abundante caza mayor: oso, lobo, rebeco alpino, muflón, guarro…
Terminaremos nuestras cacerías en el oriente más lejano, al que llamo “Gran Este”. Tierras que asoman al helado mar de Okhotsk, en las perdidas soledades de Siberia, un mundo aparte a una enorme distancia, física y mental, de nuestro mundo. Subiremos el curso del río Kolymá, que vierte sus aguas al océano Polar Ártico, para intentar dar caza a uno de los más grandes y espectaculares cérvidos del planeta: el alce gigante de Yakutia.

El autor

Licenciado en Ciencias Biológicas, ha escrito en prensa, durante más de veinte años como articulista de opinión en Diario de Jerez. En revistas cinegéticas: “Caza y safaris”, “Hunters”, “Trofeo”, “Sendas de caza”, “Jara y sedal”, “Magnum”, “Cinegética argentina”…
Es miembro vitalicio del Safari Club Internacional (S.C.I.), de la “Cofradía Culminum Magister”, de la “World Sheep Fundation” (W.S.F.), y del “Dallas Safari Club” (D.S.C.).
Ha cazado en África, América del Norte y del Sur, Asia y Europa. Ha llevado a cabo, hasta la fecha, noventa y una cacerías internacionales, en cuarenta y dos países diferentes; consiguiendo, a día de hoy, un total de 204 especies distintas.

Índice

El imperio del frío – Yusufeli (Turquía) – Demirkazik (Turquía) – La Garganta de Gülek – Sanliurfa (Turquía) – “Kalaallisut” -La caza del buey almizclero – El tahr de los Alpes – 63º 37’ 11’’ N – 86º 43’ 09’’ O – El Ártico salvaje – La caza del oso polar –  El rebeco de los Alpes Julianos –  Cazadores y pecadores –  El Imperio – Para terminar.

Características: Tamaño 17 x 24 cm, con 336 páginas impresas a color, con fotografías del autor. Encuadernado en rústica con solapas. Tirada de 300 ejemplares.
P.V.P.: 50 euros

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