Fundación Artemisan, Federación de Caza de Aragón y Cazadores de Bielsa colaboran con el Gobierno de Aragón en un proyecto de recuperación del urogallo.
El proyecto se está llevando a cabo en el valle de Bielsa durante el último trimestre de 2019, y se está realizando un análisis de la situación de los cantaderos ubicados en la zona. Este análisis evalúa el estado del hábitat en la zona, los riesgos para la especie y la presencia de ungulados y depredadores, con objeto de diseñar medidas específicas que puedan desarrollarse para mejorar la supervivencia de los urogallos, todo ello para invertir en estas mejoras en una segunda fase del proyecto en 2020.
Por último, se está desarrollando un estudio de la presencia de depredadores en varias zonas consideradas críticas. El objetivo es que estos estudios puedan incluirse en la ejecución futura del plan de recuperación de la especie.
Según los censos elaborados en los últimos años, esta especie está sufriendo un lento pero continuado descenso en el número de ejemplares en esta comunidad autónoma, hasta el punto de que, en el último censo completo realizado, en 2016, se contabilizaron sólo 38 machos y entre 29 y 33 hembras.
Se trata de una especie declarada “Sensible a la alteración de su hábitat” por el Gobierno autonómico y que tiene la consideración de “Vulnerable” en el Catálogo Español de especies amenazadas.
La Fundación Artemisan y la Federación de Caza de Aragón constatan con este proyecto su trabajo e implicación más allá del ámbito cinegético, en este caso en la gestión e investigación de especies no cinegéticas y en peligro de extinción, pero que sin duda constituyen un incalculable valor natural para el medio rural.
Esta colaboración trabajará duro para dar una oportunidad a los últimos urogallos de la zona, una especie “bandera” de los hábitats pirenaicos de gran valor ecológico y con la que los cazadores de Bielsa están totalmente comprometidos. En palabras del presidente de la Federación Aragonesa de Caza, Fernando Tello, “se trata de una oportunidad única para demostrar que los cazadores conservan tanto a las especies cinegéticas como las que no lo son”.