Ayer se presentó el informe sobre “Situación actual de la caza en Extremadura” relativo a la temporada 2020/2021, que estuvo marcada por los efectos de la pandemia.
En este contexto, el presidente de FEDEXCAZA, José María Gallardo, ha señalado que, “como era de esperar”, las monterías “han sufrido un descenso” en esta temporada al igual que también han bajado las capturas de gran parte de las especies, no obstante, se ha destacado la importancia del sector como un instrumento fundamental para Extremadura.
Sobre el peso de la caza en Extremadura, José María Gallardo ha recordado que en el año 2021 se registraron en Extremadura 3.259 cotos de caza (1.759 en Badajoz y 1.500 en Cáceres), ocupando una superficie de 3.414.410 ha (un 82 % de la superficie de Extremadura), lo que nos da la dimensión que tiene la caza en la región, ha añadido.
En cuanto a la tipología, el mayor número de cotos son los de caza menor con un total de 1.830 que ocupan una superficie que ronda el millón de hectáreas. Le sigue la caza mayor con 845 cotos y 737.000 hectáreas de superficie y, por último, los cotos sociales que supone 584, pero que son los que mayor extensión tienen con algo más de 1,68 millones de hectáreas.
En cuanto al tipo de modalidad practicada, la montería ha sido la más importante en cuanto a la actividad cinegética en la región en la pasada temporada, seguida por el rececho, aunque, como había avanzado el presidente de FEDEXCAZA, se ha registrado un descenso en las mismas en este año marcado por la pandemia.
En concreto, se ha pasado de 1.489 autorizadas en el año 2019-2020 a un total de 1.112 en el año 2020-2021 lo que supone casi un descenso del 25 %. El número de batidas también se ha reducido de las 226 del año 2019/2020 a las 164 de esta última temporada, lo que ha tenido un reflejo similar en el número de animales abatidos.
El jabalí y el ciervo son las especies de caza mayor con el mayor número de capturas en la temporada 2020/2021 mientras que en la caza menor el zorzal y la perdiz son las especies con un mayor número de capturas.
Respecto a estas cifras y, aunque se haya reducido el número de actividades cinegéticas, el presidente de FEDEXCAZA ha incidido en la importancia de la caza como un elemento social que da vida a los pequeños municipios ya que “las especies de caza se transforma en recursos: en recursos cinegéticos para cazadores, en recursos económicos para profesionales, organizadores y gestores, a la vez que se consigue el desarrollo económico sostenible de nuestro medio rural”
En lo relativo a las licencias de caza, en Extremadura se expidieron en 2021 casi 30.000 licencias de las que la mayoría fueron para caza mayor (18.923) y caza menor (10.439). Llama la atención que, a pesar de la pandemia, se expidieron un total de 5.605 licencias de caza para personas de fura de Extremadura. El número de licencias vigentes en 2021 en la región superó las 73.000.
En el capítulo de formación para el sector cinegético, en el año 2021, a pesar de la pandemia, se realizaron un total de 35 cursos de cazadores, organizados por FEDEXCAZA, con un total de 1.068 alumnos participantes.
Se ha querido destacar un importante crecimiento del número de mujeres que participan en estos cursos y que en el último año representaron el 17,7% del total de asistentes. En los últimos ocho años se ha detectado un aumento constante, ha destacado Gallardo.
El informe, presentado en el día de hoy, es el sexto que se publica por FEDEXCAZA y, como novedad, ha contado con la “participación activa” de la Universidad de Extremadura, lo que ha permitido crear un documento “que amplía y mejora sustancialmente el trabajo realizado hasta ahora” gracias a la labor de Javier Pérez González y Sebastián J Hidalgo de Trucios, del grupo de Investigación en Recursos Faunísticos, Cinegéticos y Biodiversidad de la universidad de Extremadura.
“Contar con el respaldo de la universidad, junto al trabajo de FEDEXCAZA, permite mejorar la divulgación de todo tipo de informaciones sobre el sector cinegético, con base científica, lo que, a su vez, facilita la toma de decisiones”, ha dicho Gallardo.
El presidente de FEDEXCAZA ha recordado que la legislación autonómica establece un modelo sostenible que integra aprovechamiento cinegético y la conservación del medio natural asegurando el uso sostenible de los espacios y el aprovechamiento ordenado y racional de las especies.
Además, ha indicado que “sin la caza sería impensable el mantenimiento del equilibrio entre especies animales. La superpoblación animal limitaría gravemente las especies vegetales e induciría una catástrofe en la cadena trófica”.
El informe ha abordado otros asuntos de interés para la actualidad cinegética como es la evolución de la tórtola, después de la moratoria que prohíbe su caza, el cambio de estatus legal del lobo como animal en régimen de protección especial o los espacios protegidos y la prohibición de la caza en los parques nacionales.
Según ha explicado el profesor Sebastián Hidalgo, en base a los estudios realizados desde la Universidad, la biodiversidad se está perdiendo a una velocidad sin precedentes y “la caza responsable y controlada, unida a una gestión cinegética adecuada, están relacionadas positivamente con la conservación de la biodiversidad”.
En la misma línea, el estudio señala que “la caza es una actividad inherente al medio rural extremeño y forma parte fundamental del sistema y equilibrios que han hecho que nuestra región disponga de una comunidad biológica abundante y diversa”.
Javier Pérez, también investigador de la Universidad de Extremadura, ha puesto en valor el informe elaborado porque genera bases de datos cuyo análisis son importantes para ver la evolución y la situación de aspectos muy relevantes sobre terrenos cinegéticos, capturas, enfermedades en la fauna.
El informe incluye un apartado sobre la percepción social de la caza en el que se señala que las personas, aunque no sean cazadores, consideran importante el sector para el mundo rural. El 88 % de no cazadores destaca la importancia económica del sector cinegético y se entiende que “es compatible con el turismo”.
En definitiva, con los datos objetivos sobre la mesa se puede considerar que la actividad cinegética es fundamental para Extremadura tanto desde el punto de vista económico, como social o medioambiental. “Sin la caza el mundo rural sumaría otro peligro más para su futura viabilidad”, ha concluido.
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