Los primeros resultados monteros hasta ahora son, en general, muy buenos, siendo la calidad de los trofeos claramente superior a los de la temporada pasada.
Pues nada, ya estamos a la mitad de la temporada montera y, por lo que parece, los resultados están siendo muy buenos en casi todas las batidas y monterías a lo largo y ancho de la península ibérica.
Este es un mes que a mí particularmente me encanta, por la posibilidad de poder cobrar un buen cochino ahora que el celo se va acabando y aún es posible verlos tras las cochinas que aún lo tienen. Es una oportunidad única de poder cobrarlos en una montería y hacerse con un buen trofeo.
Es en diciembre cuando los grandes machos no solamente tienen sus encames en las solanas, sino también en las umbrías donde se refugian mejor del viento que tanto los incomoda.
Muchas veces van acompañados de su fiel escudero, quien será siempre el primero en salir a campo abierto si no le queda más remedio, avisando si algo sucede al veterano, que sigue de cerca sus pasos.
Sobre todo debemos mantenernos especialmente alertas al principio de la montería, donde es posible que nos entre algún buen navajero que viene huyendo del inusual ruido de ese día en la mancha y también al final de la misma, cuando al no sentir ya ningún movimiento ni ruidos se atreven a salir cogiéndonos la mayoría de las veces desprevenidos, y aún más en nuestros días, cuando parece que algunos monteros no pueden dejar de usar el móvil o de mandar mensajes, distrayendo su atención del tiradero y dando lugar a que se nos cuele el cochino de nuestra vida.
La temporada en su ecuador va muy bien, como así lo ratifican la mayoría de las monterías ya realizadas, en especial con los venados, de los que están logrando magníficos trofeos y no solamente en fincas cercadas.
Los cochinos siguen aumentando sus poblaciones y también se están consiguiendo buenos trofeos en montería; pero, a mi parecer, la excesiva presión producida por los aguardos, cada vez más en boga, hace que no lleguen a cobrarse en montería esas reses cobradas con anterioridad a los aguardos.
También se va notando en esta temporada un sutil cambio en la manera de celebrarse las monterías en las fincas abiertas; se van quitando puestos a los que era complicado el acceso, intentando que el montero no tenga que desplazarse demasiado, y de camino logrando que la saca de las reses sea más efectiva y no se quede ninguna res muerta en el campo, y más ahora con los elevados precios que la carne de caza está alcanzando.
Por otro lado, en algunas monterías se ha adelantado un poco la salida a las posturas, recogiéndose también antes, por lo que a la una de la tarde ya estaban los monteros en la comida, y a las tres el plantel de reses preparado.
Hay quien dice que es una tendencia que habría que imitar, pero a mí, que lo que me gusta es montear, eso de estar solamente dos horas colocado en el puesto no me gusta demasiado, pero claro soy montero viejo, cuarenta y ocho años desde que maté mi primer venado.
Y como parte negativa de estos cambios, la cantidad importante de ciervas que se están cobrando, en muchos casos justificado por el plan técnico, y en otro por las Administraciones que intentan paliar de este modo los daños producidos por estas en la agricultura; pero en otros casos es debido al aporte sustancial de dinero obtenido por la venta de la carne.
Todo evoluciona y la montería no iba a ser menos, esperemos que estos cambios redunden en una mejora y así todos saldremos ganando.
En las rehalas todo sigue más o menos igual; cada vez más normas, leyes y decretos que intentan normalizar hasta lo absurdo una variedad ingente de situaciones; y por si esto fuese poco, un sinfín de nuevas leyes de las comunidades autónomas, que muchas veces entran en contradicciones las unas con las otras haciendo casi imposible conocerlas todas.
Y como siempre, no quiero dejar de señalar que no se nos olvide la precaución para evitar los accidentes de caza, muchas veces evitables si ponemos un poco de nuestra parte.
¡Mucha suerte y buena caza! ¡Nos vemos en el campo!