La Oficina Nacional de la Caza, la Conservación y Desarrollo Rural (ONC) considera imprescindible que la Comisión Europea dé un paso al frente y cambie el grado de protección del lobo al sur del Duero como consecuencia de los positivos datos de evolución que arrojan sus crecimientos de población. La ONC ya mantuvo una reunión en Bruselas el pasado año 2016 con el Director General de Medio Ambiente de la Comisión Europea Daniel Calleja, donde se le expuso esta necesidad, que hoy es aún más importante.
La situación de la población del lobo en España es “favorable” y tiene “tendencia al aumento” a medio y largo plazo. Así lo señala un informe del Centro Temático Europeo sobre la Diversidad Biológica (EIONET) que deja claro, de esta manera, que el actual sistema de gestión de esta especie está dando buenos resultados allí donde se lleva a cabo de manera racional.
La Oficina Nacional de la Caza, la Conservación y el Desarrollo Rural (ONC) recuerda, además, que estos datos coinciden con los que ofreció en su momento el censo nacional del Grupo de Trabajo del Lobo, un documento que registra un aumento de un 18% de las manadas de lobo desde 2012 y una presencia en 91.620 kilómetros cuadrados, el 18,32% de la superficie del país.
Con estos datos sobre la mesa, sumados al aumento de los ataques del lobo al ganado en zonas como Castilla y León, Cantabria y País Vasco, la ONC considera que plantear medidas de sobreprotección como las que proponen los movimientos ecologistas para toda España son el principal riesgo que afronta una especie que tiene en la falta de apoyo social su punto más negativo.
Por eso, se da la circunstancia de que son movimientos urbanos muy alejados del mundo rural, los que plantean lemas tan demagógicos como que se llevan a cabo matanzas indiscriminadas. Nada más lejos de la realidad, además de resultar potencialmente delictivo dicho lema pues imputa un ilícito contra la fauna, a no se sabe quién.
Ante esta situación, la ONC apuesta por un avance y dar un paso más en la gestión sostenible que permita conjugar la conservación de una especie tan señera como el lobo ibérico con los intereses de otros sectores. Una gestión que no se estanque y declare al lobo como especie cinegética también al sur del Duero. Algo que ya se está llevando a cabo con gran éxito –como demuestran los datos- al norte del Duero, en Castilla y León, por ejemplo. Así se expuso en una reunión mantenida el año pasado con el Director de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Daniel Calleja, siendo que hace poco se envió a la Comisión Europea documentación rigurosa al respecto con motivo de la puesta al día de las Directivas de la Naturaleza.
De esta forma, resulta imprescindible diseñar cuanto antes el citado avance estratégico de gestión para evitar los terribles efectos que la sobreprotección descontrolada, no ya sobre el ganado, sino puede tener sobre la propia población del lobo. Y no sólo en términos de población (en Portugal esa política ha llevado a una disminución de la población de lobo), sino también en algo tan importante para el futuro de una especie como es el apoyo social en el medio rural.
Asimismo, la ONC recuerda que ya existe un Censo Nacional del Lobo que refleja la situación real de esta especie en el conjunto de España. Para la ONC debe ser el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente el que, cuando proceda, actualice dicho censo, siempre con una metodología científica y poniendo al frente del mismo a personas con la formación adecuada. En dicho sentido, la ONC se pone a disposición del Ministerio para colaborar en el estudio.
Por otra parte, la Oficina Nacional de la Caza lamenta el espectáculo ofrecido una vez más por grupos ecologistas este fin de semana con una manifestación que, de nuevo, ha tenido como resultado un estrepitoso fracaso en cuanto a asistencia de público, algo lógico teniendo en cuenta que en realidad se trataba de una cortina de humo para ocultar la delicada situación judicial del director de Lobo Marley.
Para la ONC resulta lamentable que los medios de comunicación ofrezcan mucho más espacio y difusión a una manifestación de 2.500 personas que a los cientos de miles de cazadores y pescadores que se reunieron en el mes de junio del año pasado en la Gran Vía ante el silencio general.