La gran pasión de Roy E. Weatherby (1910-1988) siempre fueron las municiones de alta velocidad con las que experimentó durante muchos años y llegó a crear numerosos calibres hiperveloces. Una de sus primeras creaciones fue otro cartucho wildcat (no comercializado, desarrollado por técnicas de recarga manual) denominado .220 Weatherby Rocket, obtenido a partir de una vaina del 220 Swift.
Data de 1943 y desarrolla 1.220 metros por segundo con proyectil de 50 grains. A continuación lanzó el .270 Weatherby Magnum utilizando una vaina modificada del .300 Holland & Holland, cartucho que sí fue comercializado y hoy día es uno de los Weatherby Magnum más emblemáticos y utilizados.
Su bala de 150 grains, del mismo diámetro que la que utiliza el .270 Winchester, vuela a unos 1.000 metros por segundo. En 1944 obtiene otros dos cartuchos que lo hicieron famoso, el .257 y el .300 Weatherby Magnum, así como el 7 mm. Weatherby Magnum, menos popular.
Como el .270, todas estas municiones emplean la vaina británica belted del .300 H&H Magnum modificada (con las paredes más rectas) para aumentar su capacidad y poder introducir en ella grandes dosis de pólvora. Igualmente, durante 1944 experimenta con proyectiles de grueso calibre y en 1945 lanza, utilizando la bala y vaina del .375 H&H Magnum, el .375 Weatherby Magnum que dispara el proyectil de 300 grains a 853 metros por segundo.
En 1953 lanzó otra munición que disparaba el mismo proyectil, pero cargada en una vaina de grandes dimensiones y totalmente nueva, que denominó .378 Weatherby Magnum, y que superaba las prestaciones del .375 Weatherby Magnum, pues es capaz de lanzar la bala de 300 grains a 891 metros por segundo.
Quizás por ello, Weatherby dejó de fabricar la cartuchería calibre .375 durante muchos años, hasta que, curiosamente, volvió a ser manufacturada en tiempos recientes.
En 1958 vuelve a sorprender a los cazadores interesados en las grandes piezas al lanzar el .460 Weatherby Magnum, cartucho que usa la vaina del .378 pero dispara balas calibre .458 de 500 grains (las que utiliza el .458 Win. Mag, que desarrollan 671 m/s) a 823 metros por segundo, obteniendo así en esa época el cartucho comercial más potente del mundo.
Posteriormente, la munición se hizo con cargas más ligeras que no obstante superaban los 780 metros por segundo. Otros cartuchos Weatherby. En 1962 Weatherby comercializa el .340 Weatherby Magnum, que dispara la bala de 225 grains del .338 Winchester Magnum a 935 m/s; en 1963 sale el .224 Weatherby Magnum Varmintmaster y en 1968 el .240 Weatherby Magnum, que disparan las balas de 55 y de 100 grains a 1.112 y 1.035 metros por segundo, respectivamente.
Ya en tiempos más modernos, hacia 1989, aparece el .416 Remington Magnum, ideado para competir con el .416 Rigby, que cada vez se hacía más popular en Estados Unidos, pues supera en 100 metros por segundo la velocidad del cartucho británico: dispara su misma bala de 410 grains a 820 metros por segundo.
En 1996 se incorpora a la familia de municiones Weatherby Magnum el .30-378. Y, por fin, en 1998 lanza el .338- 378 Wby Mag, que, aunque es actualmente la munición comercial más moderna de la firma Weatherby, como sucede con el .30-378 tampoco es un cartucho moderno porque también lo ideó como wildcat Roy E. Weatherby en 1960.
MARK V, LA ACCIÓN DE UN RIFLE ESPECIAL PARA MUNICIONES ESPECIALES
Hasta 1958, Weatherby había utilizado para sus cartuchos hiperveloces acciones robustas pero estándar, basadas en el sistema Mauser 98.
Sin embargo, a partir de este año, coincidiendo con la creación de su cartucho más potente, el .460 Weatherby Magnum, lanza al mercado rifles Weatherby Mark V con una acción más robusta que la Mauser.
Se trata de un cerrojo especialmente estudiado para resistir las presiones de sus potentes cartuchos: la acción Mark V, que se caracterizan por poseer un cerrojo de una pieza de acero con tres salidas de gases y nueve tetones de acerrojado en su cabeza, de modo que reducen el giro de apertura de 90 grados (del sistema M98, el más usado en la época) a 54 grados.
La cabeza envuelve el culote del cartucho y posee expulsor activo y extractor de uña. La palanca está perfectamente acodada y termina en forma de bola y la caja, que puede ser de madera o sintética de gran calidad, siempre está diseñada para poder apuntar cómodamente con visor.
El cañón está obtenido por la técnica de martillado en frío. Es de acero al cromo-molibdeno y puede carecer o poseer miras. Igualmente en los calibres muy potentes se puede elegir con freno de boca Accubrake, que es muy efectivo porque incrementa la precisión y reduce notablemente el retroceso.
Juan Francisco París