Éste es, precisamente, el caso del .270 Winchester, pues fue comercializado en 1925 y un siglo después sigue siendo uno de los cartuchos más utilizados.
Cuando Winchester lanza el .270 en 1925 los visores no se utilizaban mucho y, además, eran muy rudimentarios y poco potentes. Prácticamente consistían en un telescopio con aumento fijo y cuerpo con forma de tubo, generalmente de ¾”. El que aparece en la foto es un Weaver 300 de 2,75x comercializado en los años treinta, montado en un rifle de caza Savage 99 con monturas Redfield.
Todos los cartuchos, incluso los que no han tenido éxito comercial, poseen una historia interesante que normalmente explica las razones de su éxito o de su fracaso comercial, pero la del .270 Winchester es, sin duda, una de las más curiosas. Y es que, cuando se comercializó en 1925 y pese a que era el cartucho norteamericano más rápido de la época (y uno de los más rápidos de todo el mundo) no tuvo éxito y, sin embargo, pocos años después su uso comenzó a subir tanto que décadas después de su lanzamiento, cuando ya sí existían otros muchos cartuchos tan veloces o más, no solo fue capaz de competir con estos, sino que se convirtió en una de las municiones más utilizadas en todo el mundo. De hecho, actualmente, todas las fábricas de municiones (y de rifles) siguen ofreciéndolo.
Demasiado moderno
Cabe preguntarse, ¿cómo es posible que un cartucho tan rápido que más tarde se haría famoso pasara inadvertido durante años?, y la respuesta es que, cuando se presentó, era una munición tan adelantada a las de su tiempo que, salvo excepciones, los cazadores de la época no supieron valorarlo o bien no pudieron hacerlo al no contar con los medios necesarios.
Efectivamente, cuando W.R.A. Co lanzó al mercado en 1925 el .270 Winchester (para el rifle Winchester de cerrojo modelo 54), no existía ningún otro cartucho norteamericano que lo superara en velocidad (*500 yardas era, para la época una distancia muy considerable teniendo en cuenta los proyectiles y las miras que se usaban, pues, aunque los visores ya eran mejores que los de 1925, no se pueden comparar con las actuales.) pues cargaba una bala semi blindada de 130 grains que disparaba a 3.140 pies por segundo (957 m/s) en cañones de 24” (el modelo 54 también se ofrecía con cañones de 20”, en versión carabina), mientras que el más rápido de la época, el 250-3000 Savage, disparaba un proyectil de 87 grains a 3.000 pies (914 m/s) y, por tanto, no solo era más «lento», sino también menos potente.
Caja original comercializada en 1925. Contenía 20 ‘flamantes’ cartuchos .270 Winchester cargados con bala expansiva de punta aguda de 130 grains. El primer rifle que los disparó fue el también ‘nuevo’ Winchester 54.
Winchester consiguió superar en velocidad a todos los cartuchos de su época porque lo cargó con un «nuevo» tipo de pólvora más progresiva que la que se utilizaba entonces y que permitía impulsar las balas a mayores velocidades: la pólvora progresiva Olin, desarrollada por John Olin para la «nueva» serie de cartuchos Winchester Super X que se comercializó a partir de 1921 y en la que se incluyó el .270 (las municiones Super X, aunque mejoradas, se siguen ofreciendo actualmente).
Sin embargo, su alta velocidad no fue inicialmente valorada o no se le pudo sacar partido porque en 1925 y durante bastantes años después, los cazadores norteamericanos que utilizaban rifles de cerrojo los usaban normalmente sin visor, la mayoría del calibre .30-06 y una minoría modelos importados de origen británico.
Y es que, aunque ya existían visores desde hacía mucho tiempo, no se había generalizado aún su uso, porque tanto las miras como sus mandos y monturas eran muy rudimentarias, además de pesadas y poco potentes y fiables, por lo que los cazadores preferían seguir utilizando las miras abiertas: alza y punto de mira o bien un diópter cuando querían disparar a mayores distancias.
Como consecuencia, los cazadores no entendían qué ventajas aportaba el .270 Win. sobre el .30-06 (que, además, disparaba balas de mayor calibre y más pesadas con las que podían cobrar animales más grandes), lo que explica que ignoraran el cartucho hasta que se perfeccionan algo más y comienza a generalizarse el uso de miras telescópicas (poco antes de la II Guerra Mundial y, sobre todo, después del conflicto). Y, entonces sí, gracias a los visores, descubren que era un magnífico cartucho con el que, con su bala de 130 grains, se podía cobrar en montaña y llanura prácticamente todas las piezas norteamericanas de caza mayor de tamaño pequeño y medio mejor que con el .30-06. «Hasta las 500 yardas (unos 460 m) era muy efectivo», puntualizan los expertos de la época, lo que originó que su popularidad comenzara a subir como la espuma (*).
(*) 500 yardas era, para la época una distancia muy considerable teniendo en cuenta los proyectiles y las miras que se usaban, pues, aunque los visores ya eran mejores que los de 1925, no se pueden comparar con las actuales.
El cazador famoso que más impulsó la popularidad del .270 Winchester fue, sin duda, Jack O’Connor (22/01/1902 – 20/01/1978). Compró su primer rifle .270 Winchester con 23 años (cuando se presentó el cartucho) y, aunque inicialmente era usuario convencido del .30-06 (como cualquier norteamericano) desde que lo probó bien y hasta su muerte no dejó de utilizarlo y de recomendarlo.
De izquierda a derecha, .270 Winchester, .270 Weatherby Magnum y .270 WSM. Son los tres únicos cartuchos de caza que se han cargado con balas de .277”. Todos son norteamericanos y han dado magníficos resultados.
Totalmente original
El lanzamiento del .270 le llevó a Winchester dos años, pues sus ingenieros comenzaron a trabajar en su diseño en 1923, pero no consiguieron comercializar la munición hasta 1925, aunque al fin presentaron un cartucho muy original, además de bien equilibrado desde un punto de vista balístico.
Era original porque disparaba balas de .277” (7,06 mm) y este diámetro de proyectil no se había utilizado nunca ni en EE.UU. ni en Europa, pues los cartuchos de 7 mm se cargaban (y se siguen cargando) con balas calibre .284” (7,25 mm), por lo que es posible que en un primer momento otros fabricantes de cartuchos y de rifles tuvieran problemas para adoptar el .270 Win. O, dicho de otro modo, es posible que el original diámetro del proyectil también retrasara un poco la popularidad del cartucho en un primer momento.
Winchester mod. 54 en versión rifle y carabina con cañones de 24 y de 20 pulgadas, respectivamente. En los rifles el .270 Winchester desarrollaba más de 950 m/s, la velocidad más alta conseguida hasta la fecha (1925) en EE. UU.
Y lo más curioso es que, un siglo después, nadie sabe con certeza por qué Winchester usó este calibre tan extraño, que al parecer sólo lo utilizaba en todo el mundo una munición de origen chino (**) y hoy en día tan solo lo utilizan otros dos cartuchos de caza norteamericanos que, curiosamente, también han tenido éxito: el .270 Weatherby Magnum –desarrollado por Roy E. Weatherby en 1945 y considerado como la munición Weatherby Magnum más utilizada junto con el .257 y el .300 Weatherby Magnum– y el .270 WSM –introducido por Winchester en 2001, que en muy poco tiempo se ha convertido en el cartucho magnum de vaina corta más popular de cuantos se han desarrollado hasta la fecha–. Actualmente es una de las municiones para caza a grandes distancias más apreciadas y también la que más popularidad ha restado al .270 Win., sobre todo en algunos países, si bien no ha conseguido que la mayoría de los cazadores dejen de utilizarlo.
(**) Algunos expertos opinan sobre el «extraño» diámetro de la bala del .270 que, como Winchester quería mejorar la trayectoria del .30-06 utilizando balas aerodinámicas de 7 mm disparadas a alta velocidad, calculó que este efecto balístico lo conseguiría de forma óptima usando una bala que tuviera un calibre que fuera un 10 % más pequeño que el .308”, que es el de las balas .30-06, es decir un proyectil calibre .277”. Y es posible que sea la razón porque una bala calibre .277” describe trayectorias más tensas que las .284” y .308” si tienen el mismo peso, forma y velocidad, puesto que es un poco más larga.
Este es el famoso Winchester 70. Se presentó, entre otros cartuchos, en .270 Winchester en 1936 y fue considerado hasta 1963 como el mejor rifle de cerrojo jamás fabricado en los EE. UU., por lo que, sin duda, también influyó de forma positiva en la gran popularidad que alcanzaría la munición en los próximos años.
Se consolida en EE. UU.
Al tiempo que los visores se utilizan cada vez más, el .270 también va incrementando su popularidad y Winchester aprovecha para potenciarlo.
Así, cuando algunos cazadores se quejaron de que a corta distancia las balas de 130 grains (únicas con las que hasta la fecha se cargaba el cartucho) expandían demasiado y dejaban heridos a los animales relativamente pesados, como los ciervos, lo cargó con balas semiblindadas de 150 grains (***) que desarrollaban una velocidad de 884 m/s y con las que no solo logró solucionar los tiros a corta distancia, sino que, además, consiguió que con la nueva carga el .270 se pueda utilizar en piezas más grandes, como wapitíes y alces.
Por otro lado, y no menos importante, en 1936 Winchester lanzó al mercado el rifle Winchester mod. 70 que presentó, entre otros calibres, en .270 Win., y este rifle también influirá de forma decisiva en la popularidad que experimentará el cartucho en los próximos años, porque fue considerado (hasta 1963) como el mejor rifle de cerrojo fabricado en los EE.UU.
Además, justo antes de comenzar la II Guerra Mundial, en 1939, la legendaria firma norteamericana cargó el .270 con una nueva bala de caza mayor de 130 grains que también se haría famosa y contribuirá notablemente a la popularidad del .270 Winchester: la Silvertip (que no se debe confundir con la bala Ballistic Silvertip actual). El proyectil original se denominó así porque posee una punta metálica de aleación de color niquelado que se introducía en el núcleo para controlar la expansión. Se fabricó también en numerosos calibres que, sobre todo si eran rápidos como el .270 Win, proporcionaban excelentes resultados. De hecho, en .270 Win. se comercializó hasta 2010.
(***) También lo cargó con balas para caza de alimañas (varmint, modalidad a la que tan aficionados son los norteamericanos) de 100 grains que desarrollaba 1.061 m/s, así como otra semiblindada de 110 grains para los animales de caza mayor más pequeños que desarrollaba 989 m/s.
Y en 1961 lo ofreció con la bala Power Point de 150 gr., un «nuevo» y magnífico proyectil (aún se utiliza en muchos calibres Winchester) que mejoró notablemente la balística de efectos de las balas semiblindadas originales, por lo que contribuyó decisivamente a mantener la, ya muy alta, fama del cartucho en EE. UU. y también a popularizarse en Europa, donde prácticamente el .270 acaba de presentarse.
Un .270 Winchester comparado con tres .270 WSM. Este último, que fue introducido también por Winchester en 2001 y es notablemente más veloz (casi 1.000 m/s con la bala de 130 grains), ha conseguido restarle popularidad al .270 Win., pero no la suficiente como para que la mayoría de los cazadores dejen de utilizarlo.
Por fin, llega a Europa
El .270 Win no se conoce ni se carga en Europa hasta después de la Segunda Guerra Mundial o, mejor dicho, hasta que la industria europea se recupera de los estragos causados por la guerra. Sin embargo, a diferencia de lo que sucedió en Estados Unidos, el cartucho se populariza en el Viejo Continente más rápidamente, porque cuando las primeras municiones y rifles norteamericanos llegan al continente, son productos que ya están totalmente consolidados en EE. UU. y no solo los fabrica Winchester, sino todas las demás empresas de armas y cartuchos porque, ante la popularidad que había alcanzado el calibre antes de la guerra, las demás empresas deciden también fabricarlos. Y casi todas las marcas, todas las más importantes, la introducen en Europa casi al mismo tiempo y con éxito, porque los cazadores descubrieron que sus prestaciones eran ideales para sus necesidades cinegéticas y, además, los rifles norteamericanos eran fiables y tenían una buena relación calidad-precio.
En 1939 Winchester presentó el cartucho con un ‘nuevo’ proyectil de expansión controlada de 130 grains que denominó Silvertip y que también contribuyó decisivamente a incrementar el uso del cartucho, porque proporcionaba excelentes resultados. Se comercializó hasta 2010.
Por otro lado, las fábricas europeas, para poder competir con los productos norteamericanos, no tardaron en desarrollar nuevos modelos de cartuchos y de armas al gusto europeo que se sumaron a los importados.
El resultado fue que a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, la popularidad del cartucho era ya tan alta en Europa que prácticamente lo fabricaban todas las marcas de munición más importantes: Norma, RWS, Sako, etc. y se utilizaba para cazar a rececho en prácticamente todos los países y en algunos también en caza en movimiento, como es el caso de España donde en otras épocas se ha utilizado mucho en montería con la bala de 150 grains.
Hoy día, la principal utilidad que se le da en España y en el resto del mundo es el rececho de piezas de caza mayor (de tamaño pequeño o medio), que es precisamente para lo que lo creó Winchester hace un siglo. Sin embargo, proporciona aún mejores resultados porque con el paso del tiempo se ha ido cargando con proyectiles más efectivos, la mayoría muy técnicos y mucho más aerodinámicos, que han conseguido que el .270 Win., lejos de quedar obsoleto, siga siendo uno de los cartuchos más utilizados.
De izquierda a derecha, cartuchos Winchester .270 con bala semiblindada, Silvertip y Power Point. Esta última se comercializó en 1961 con gran éxito porque mejoraba notablemente la balística de efectos de las balas semiblindadas clásicas. No influyó decisivamente en la popularidad que alcanzó el cartucho en EE.UU. en los primeros años, pero sí en la que consiguió después en Europa, a partir en los años sesenta.
Cartuchos .270 Win. y .30-06 cargados con bala original Silvertip comparado con un cartucho .30-06 actual con proyectil Ballistic Silvertip. Los proyectiles originales no se deben confundir con los modernos porque su aspecto y balística es muy diferente: el original posee una punta metálica de aleación niquelada que se introducía en el núcleo para controlar la expansión, mientras que el Ballistic Silvertip es una bala tipo ‘tip’ de rápida expansión.
Especificaciones
Cartucho: .270 Winchester.
Año de introducción: 1925.
Diseño original: Winchester Repeating Arms Company (W.R.A. Co).
Proyectil original: semiblindado de 130 grains (8,4 gramos).
Calibre: .277” (7,06 mm).
Tipo de vaina: con ranura y gollete de 64,5 mm de longitud (.2,540”).
Velocidad inicial:
– 1.061 m/s con proyectil semiblindado de 100 grains (obsoleto).
– 989 m/s con proyectil semiblindado de 110 grains (obsoleto).
– 957 m/s con el proyectil original de 130 grains (*). 933 m/s con los proyectiles actuales de 130 grains.
– 889 con proyectil actual de 140 grains.
– 884 m/s con proyectil de 150 grains (869 m/s con Power Point).
(*) Hasta finales del siglo XX la velocidad de la munición Winchester con bala de 130 grains es la que se indica. Posteriormente se rebajó a unos 933 m/s, que es la actual.
Nota del autor: La munición marca Winchester la distribuye en España la empresa Aguirre y Cia.
Una pequeña muestra de cartuchos modernos .270 Win. fabricados en Europa. Inicialmente, la munición la cargaron las fábricas más importantes y después prácticamente todas las demás.
Texto y fotos: Juan Francisco Paris.