La cetrería en Aragón, más cerca de ser bien de interés cultural

La Federación Aragonesa de Caza (FARCAZA) está liderando una iniciativa para que la cetrería sea Bien Inmaterial de Interés Cultural (BIC)

 

Tras meses de trabajo, acaba de registrar una propuesta ante el Gobierno de Aragón para que tramite este reconocimiento, que está alineado con la declaración de la Cetrería como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que dictó la UNESCO a nivel mundial en 2010.

FARCAZA está impulsando esta declaración consciente de que la cetrería representa mucho más que una técnica de caza. El arte milenario de adiestrar aves rapaces para apresar animales libres en su medio natural es una expresión viva del legado histórico, cultural, etnográfico y ambiental de esta Comunidad Autónoma. Además, hoy contribuye a conservar especies de rapaces emblemáticas, es eficaz para el desarrollo para medidas de control poblacional de especies dañinas y es un vehículo óptimo para la educación ambiental de la sociedad.

“La declaración de la cetrería como BIC servirá para establecer medidas de salvaguarda, promoción, documentación y difusión de la práctica de este noble arte”, sostiene Ángel Nuño, presidente de FARCAZA, que además está convencido de que este reconocimiento garantiza la proyección hacia el futuro de esta práctica “con garantías de autenticidad y sostenibilidad”. Nuño se ha puesto al frente de la propuesta por convencimiento propio de la importancia pasada, presente y futura de la cetrería en Aragón. Fue uno de los compromisos que incluyó en el programa electoral con el que se presentó a las elecciones federativas el año pasado.

Para apoyar su solicitud, FARCAZA ha elaborado una memoria con más de un centenar de folios de extensión, confeccionada por un equipo multidisciplinar y con la colaboración de la Asociación Halconeros de Aragón y la Asociación Aragonesa de Cetrería. En el documento se recoge, entre otros aspectos, la presencia histórica de esta tradición en los territorios de la antigua Corona de Aragón, era una de las actividades preferidas de muchos monarcas como Juan I de Aragón (apodado ‘el Cazador’ por su gran pasión) y Pedro el Ceremonioso (en sus “Ordinacions” estableció una importante y detallada organización del personal dedicado a la práctica cetrera.

La memoria también destaca que esta declaración contribuirá a preservar rituales, tradiciones, técnicas de artesanía y oficios ancestrales vinculados a la cetrería, cuya antigüedad se remonta miles de años orales y hasta las técnicas de artesanía, oficios ancestrales y de medicina veterinaria vinculados a la cetrería. Además, pone en valor su utilidad como herramienta educativa y ecológica para las nuevas generaciones.

Estas generaciones venideras también podrán aprovecharse del contacto directo y respetuoso con el medio natural que promueve la cetrería, que en los últimos años se ha convertido en una herramienta de sensibilización ecológica en el ámbito educativo.

Desde FARCAZA confían en que el Gobierno de Aragón apruebe esta propuesta que protegería un legado vivo del patrimonio cultural aragonés.